Cuándo el pensamiento reflexiona sobre las extrañas circunstancias que rodean al sol
miles de partículas se abren en flor.
La esperanzada juventud se evapora rápida y veloz, inquieta por su transformación y asustada al convertirse en una bella flor.
La madurez, soberbia y presuntuosa, no susurra el dolor del alma, y poderosa no compite con la esencia de la vida incauta.
Sólo los pesares se cubren del rocío matinal
como el agua que fluye por el manantial
y envuelve el aroma de las ninfas del mar.
©Nuria de Espinosa
Cuántas cosas se agolpan en la madurez ¿verdad Nuria? Vida reflexiva que nos mantiene vivos. Un abrazo
ResponderEliminarCierto José perdona el tiempo no sabia que los comentarios estaban para aceptar. Tu presencia me alimenta. Gracias de corazón. Un abrazo. 🤗
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