Empecé a notar como el pulso me golpeaba las venas, cada vez con más insistencia. Tuve la extraña sensación de que el techo se me venía encima y me agarré a la barandilla de la cama asustado.
¡Te estás muriendo! ¡Te estás muriendo! Gritaba mi corazón que latía a un ritmo frenético. Intenté levantarme pero algo me lo impedía.
El aire empezaba a faltarme en los pulmones y un sudor frio comenzó a cubrirme el rostro.
¡No, no estoy enfermo! Sólo he tenido un mareo – replicaba mi mente con insistencia-.
Y en aquel momento le vi. Frente a mi cama, con su túnica negra y el rostro vacio de toda expresión. Entonces un extraño sonido… pit… pit… piiiiii…
De pronto una luz cegadora iluminó mi cara. Era inquietante y a la vez reconfortante. Alargué la mano intentando tocarla, sintiendo una peculiar atracción. Y de nuevo ese sonido, piiiiii………..
-Señor Fernández, quiere hacer el favor de no tocar los botones del monitor. Parece mentira. Todas las noches el mismo jueguecito. Algún día no llegaré a tiempo y ya verá, ya.
Bitácora literaria. «La reflexión es aquello que abre un camino al pensamiento, el pensamiento es el camino que conduce a la reflexión; aquel camino libre que resplandece entre luces y sombras: la vida». Derechos de autor protegidos por ©Cedro Gracias por tu visita y comentarios. Estos serán aceptados tras pasar la supervisión del autor. Nuria de Espinosa
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Hola Nuria, el diálogo con tu cora
ResponderEliminarcorazón sería una pequeña broma,
pues tu corazón no muere tan simple
mente, está lleno de amor y vida
que traduce en letras maravillosas.
¡Imposible!! ¡Imposible!!
Un beso
Ángel-Isidro.
http://elblogdeunpoeta.blogspot.com
Buenísimo el relato, me encantó.
ResponderEliminarBesos.
Gracias ÁNGELS, me alegra te gustase y verte por mi blog, un fuerte abrazo amiga mia.
EliminarGracias Ángel-Isidro por tus bellas palabras, un abrazo enorme.
ResponderEliminarNuria:
ResponderEliminarBuena idea. Aunque deberías cambiar la palabra monitor por controles vitales u otra, ya que el monitor solamente indica (mide) la actividad del cuerpo humano. No soy médico, pero he estado conectado a esos monitores muchas más veces que las deseadas. Cualquier galeno te orientará mejor que yo al respecto.
Salvo ese detalle, el cuento está bien pensado y mejor llevado.
NO ES NECESARIO PUBLICAR ESTE COMENTARIO.
Cordialmente.
Arturo.
Gracias por tus palabras y por pasar por mi blog,todos los comentarios e ideas son bien recibidos... saludos.
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