Pasaba una página tras otra
y las letras se agitaban
como un hada que mueve las alas,
al compas de su danza.
Sin percibir el vacio que sentía
un pensamiento, eclipsó mi mente
y el hechizo que emitía, me iba envolviendo
entre fantasía y elfos.
Hojas vacías, páginas en blanco
letras sin sentido,
y el encanto de un libro
invadiendo mis sentidos.
Como un árbol que pierde sus hojas
escondí mi voluntad
y silencié la esencia
que debía brotar.
La desnudez de mi alma
Perecía,
como una flor marchita
envuelta por el cambió otoñal.
Los rayos de sol, florecían tan tenues
que parecían imposibles de percibir
evaporandose con la mirada
en el reflejo de un paisaje etéreo.
La magia de la danza,
arrancó las ramas que había
en el fondo de mi corazón
y como si un embrujo me cautivara
cerré el libro que hipnotizó mi alma.
Bueno, los libros a veces nos dan ese tipo de sorpresas...se nos quedan para toda la vida.
ResponderEliminarUn beso
Gracias por tus palabras Arruillo, un abrazo.
ResponderEliminarla de veces que me ha podido pasar cosas así con un libro. Acabar sumergida en la historia que cuesta volver a la realidad.
ResponderEliminarCierto Myriam, un abrazo.
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