Soneto a la cereza
Pequeña luz que cuelga en la mañana,
cereza dulce, rojo reluciente,
tesoro breve, fruto transparente
que al sol madura, tímida y lozana.
En palma abierta brillas, soberana,
tu piel sedosa guarda un corazón latente,
y en un instante, al diente obediente,
se quiebra el júbilo que en ti se afana.
Tu zumo corre, fresco y perfumado,
y deja en la sonrisa su pintura,
regalo simple, puro y bien amado.
Así te guardo, joya diminuta,
que en un mordisco torna la amargura
en dulce paz que al alma se ejecuta.
En cáliz rubicundo, luz se engarza,
minúscula esfera, néctar sigiloso,
su pulpa late, aroma presuntuoso,
y en lengua el gozo súbito se abraza.
La cúpula carmesí, que el sol realza,
destila un licor áureo y misterioso,
temblor del labio, beso tembloroso,
la gula en trance ardente se realza.
Oh drupa, almendra oculta en su aposento,
que al crujir del diente cede rendida,
y en su zumor exhala su argumento.
Comulgo en tu dulzor, breve y febril,
pues sé que en cada sorbo va mi vida
muriendo en un placer rojo y sutil.
Está semana en Digital Whisper la propuesta es:
CEREZAS
Soneto y Oda sensuales por igual estimulando el placer sensitivo. Eso de piel sedosa y la cereza roja me recordaron a alguien que conozco. He saboreado tu poesía.
ResponderEliminarUn beso dulce amistoso y dulce semana, Nuria.
I love these images. The cherries looks so good. Have a nice day.
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