Convocatoria juevera, más información aquí 👉Artesanos de la palabra
"EL SACUDÓN"
En la penumbra de su ataraxia, flotaba entre las fronteras de lo tangible y lo ignoto. Su mente, otrora un reloj suizo de rutinas y certezas, comenzó a fracturarse con la irrupción de una palabra que no reconocía: escalpituria. No era un vocablo común, ni siquiera real, pero se deslizó como un cuchillo entre sus sinapsis, reconfigurando su ontología.
La realidad se volvió transtornada, y en ese umbral sin geometría, vio a sus pensamientos asumir forma: prejuicios vestidos con togas aristotélicas, axiomas marchando como autómatas de barro, y su moral, petrificada, exhibida en un museo de ideas caducas. Un estrépito le sacudió desde dentro. No fue sonido: fue epifanía.
Una entidad sin rostro, apenas una vislumbrancia de luz palpitante, le susurró en idioma puro:
—Todo lo que crees es una tautología domesticada. Tus verdades son espejos empañados por el aliento de otros.
La frase desfibriló su mente. El tiempo se volvió anacrónico, las palabras perdieron su convencionalismo. El "yo" se volvió plural: era ella y era todas las que fue, y las que creyó jamás ser. Su nacionalidad se diluyó, su género oscilaba, su nombre era apenas un esbozo.
Cayó de rodillas —si es que tenía cuerpo aún— y lloró conceptos: hegemonía, dogma, binarismo. Los vio derretirse, inservibles, como relojes blandos en un cuadro de Dalí.
Cuando abrió los ojos, la habitación seguía igual, pero ella ya no. Cada objeto tenía otro significado, cada rostro otro relato. Entendió que el mundo no era un sitio, sino una interpretación.
Desde ese momento, ya no habló. Su silencio no era mudez: era respeto por la inmensurabilidad de todo. Y quienes la miraban, sabían que en ella algo se había desfundado para siempre.
I love this.
ResponderEliminarHola Nuria, realmente te ha quedado un texto magnífico, un verdadero sacudón mental, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar de nuestra propuesta, un abrazo grande.
PATRICIA F.
Para ella y era todas las que fue, y las que creyó jamás ser. Su nacionalidad se diluyó, su género oscilaba, su nombre era apenas un esbozo. Pero sería una realidad? el tiempo es una ilusión y vivimos de la ilusion que nos aleja de la verdad.
ResponderEliminarMuy bonita historia, un verdadero terremoto dentro de la mente, y no tengo más palabras. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn saludo
Un texto profundo. Revelador de una transformación intrínseca que logra alterar la comprensión que se creía tener del Todo. Muy bueno, María. Un abrazo
ResponderEliminarOlá, querida amiga Nuria!
ResponderEliminar"Tus verdades son espejos empañados por el aliento de otros."
Uma verdade que nos faz pensar e mudar de rota.
Temos que ser nós em primeiro plano.
Agora, o novo rumo que deu foi sensacional:
"El "yo" se volvió plural: era ella y era todas las que fue, y las que creyó jamás ser. Su nacionalidad se diluyó, su género oscilaba, su nombre era apenas un esbozo."
Creio que á altura da vida que vivemos, somos, enfim, plurais.
São bons e salutares para nosso crescimento interior certos baques que sofremos.
Que tenhamos a possibilidade de darmos outros rumos e sentidos à nossa vida!
Gostei muito, Amiga.
Tenha dias abençoados!
Beijinhos fraternos de paz
Poco a poco llegaron mas y mas palabras a su mente venidas de no se sabe donde. La razón se minaba de fantasmas que afloraban sin solicitarlos. Escuchaba voces que parecían venir de la realidad y solo era su enfermedad venida del silencio; voces que la ordenaban o la insultaban o simplemente surgían sin orden ni concierto cuando la enfermedad del silencio se hacía cada vez mas presente...
ResponderEliminarPasaban los días. Su familia se preguntaba sobre los desvaríos de su razón y ella se adentraba cada vez mas a un mundo desconocido donde la pérdida no tiene retorno. Su conciencia se fue llenando de palabras que la acosaban y a veces se escuchaban en sus oídos. El silencio no obedecía a la razón ni la razón al silencio. Todo era un caos sin orden ni concierto y la enfermedad mental estaba servida.
Visitó médicos que la estudiaban. Tomaba medicamentos que la adormecían y caminaba por las calles casi ausente. Un día se enfureció con los fantasmas y tuvo un momento de calma y de dominio. Bajó a su sótano de donde fluyen las palabras y vio su herida; una herida donde las palabras se escapaban sin ton ni son y se echó a llorar como una niña perdida en el mar de su mente...¿qué esperanza podría albergar en ese caos; en ese insalubre manantial de palabras sin ton ni son?.
Pasaban los años entre silencios rotos y la luz a veces era mentira y otras verdad cuando poco a poco, después de días y noches escudriñando en su interior, tomó las riendas de su vida viviendo con su enemigo que se llama esquizofrenia.
Un texto para leer con el diccionario al lado. Plagado de frases certeras e ingeniosas, para demostrar un vuelvo en la visión del mundo. Nacido más de una revelación qie de un hecho desencadenante.
ResponderEliminarAbrazooo
Menos mal que tenía el diccionario a mano, vaya relato que te has marcado . Me gustó y además coincido con el final, también creo que el mundo es una interpretación de cada quien.
ResponderEliminarUn abrazo.
La imagen de esa mente “reloj suizo” que se quiebra con la palabra inventada, “escalpituria”, es un arranque brillante. La forma en que describes los pensamientos tomando forma, como prejuicios con togas o axiomas como autómatas, es visualmente impactante y te hace sentir el caos interno de la protagonista. Ese encuentro con la entidad sin rostro y su frase sobre las “verdades empañadas” es como un mazazo que te obliga a cuestionarte todo. Me encanta cómo el texto descompone conceptos como el tiempo, la identidad y la moral, hasta dejar a la protagonista en un estado de transformación total, casi mística. El final, con su silencio como “respeto por la inmensurabilidad de todo”, es poético y te deja con una sensación de vértigo existencial. Es un escrito donde se mezclan filosofía, surrealismo y una pizca de misterio.
ResponderEliminarUn abrazo.
tras leer a Góngora e interpretarle, toda la riqueza verbal de nuestro idioma común nos deja claro la pobreza que cotidianamente usamos en nuestro léxico. Y si, el mundo es como quedamos sea Un abrazo
ResponderEliminarLa sabiduría del silencio y el silencio de los sabios.
ResponderEliminar