Este mes desde Divagacionistas nos proponen escribir sobre:
La esperanza
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La mañana despierta fría y gris, como tantas otras en los últimos meses. Sentada junto a la ventana, observo el cielo encapotado; mis manos juegan nerviosas con una carta gastada por el uso. La he leído tantas veces que cada palabra está grabada en mi mente. "Volveré pronto"..., dice al final, pero el significado de "pronto" parece haberse desvanecido como el humo en el aire.
Esperar. Es mi vida ahora. Un constante estado de vigilia, entre la esperanza, el desasosiego y la desazón. El reloj de la pared emite su sonido monótono, ronco y marca cada segundo que se desliza sin prisa, pero con una fuerza abrumadora. El gusano de la incertidumbre, como lo llama mi abuela, consume el tiempo y me atormenta. A veces pienso que es una tortura, aguardar lo que parece no tener fin. ¿Y si no vuelve? ¿Y si la promesa de esta carta se pierde para siempre?
Pero algo dentro de mí, algo profundo y arraigado, me impide rendirme. Y revivo cada instante, cada palabra del día en que la guerra te arrancó de mi lado con total impunidad. Aún conservo esa pequeña llama de ilusión, a pesar de que en los duros momentos las sombras intentan apagar mi entereza. Pero la espera, aunque sea dolorosa, es también un acto de esperanza.
Me levanto y camino hacia la puerta. Afuera, el viento frío te envuelve. El invierno reina, aunque sabe que en algún lugar, invisible para sus ojos, la primavera empieza a germinar. Sigo a la espera, un poco más, o lo que el tiempo decida. No importa cuánto duela, hasta el día en que él llegue, la espera, habrá valido cada instante de tristeza, cada inquietud de mi corazón. La maldita incertidumbre de la guerra terminará y él regresará junto a mí, porque esta carta es la prueba, y él siempre cumple sus promesas.
#relatosEsperanza
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Olá, amiga Nuria
ResponderEliminarA vida é uma estrada enorme, com muitas curvas, contracurvas, obstáculos sempre inesperados, que temos forçosamente que ultrapassar. Por isso mesmo, nunca devemos perder a esperança de dias mais risonhos e solarengos.
Muito obrigado, pela visita e gentil comentário no meu cantinho.
Deixo os votos de uma boa semana, com tudo de bom.
Beijinhos.
Mário Margaride
http://poesiaaquiesta.blogspot.com
https://soltaastuaspalavras.blogspot.com
Muchísimas gracias amigo Mario por dejar tu huella y tus palabras, se agradecen. Un abrazo fuerte y feliz semana
Eliminarla esperanza e s lo ultimo que se pierde. Me gusto tu relato. Te mando un beso.
ResponderEliminarAsí es Alexander, besitos
EliminarÉ uma frase feita mas é uma realidade: a esperança é a última a morrer.
ResponderEliminarAbraço de amizade.
Juvenal Nunes
Gracias Juvenal, me alegra que te guste, un abrazo
EliminarMe parece que la esperanza se lleva mal con la guerra, pero mucha suerte a la que espera llena de esperanza.
ResponderEliminarBonito relato
Esperemos que regrese. Gracias y un abrazo
EliminarWhat a poignant and beautifully written piece! Your exploration of hope amidst uncertainty captures the essence of longing and resilience perfectly. The imagery of the cold, grey morning reflects the weight of waiting, while the letter symbolizes both a promise and the fragility of that hope. It’s powerful how you illustrate the struggle between despair and the determination to hold onto that small flame of hope, even in the darkest times. Your words resonate deeply, reminding us that waiting, despite its challenges, can be an act of faith. Thank you for sharing this heartfelt reflection!
ResponderEliminarYou are invited to read my new blog post: https://www.melodyjacob.com/2025/02/our-pre-valentine-visit-to-pitlochry.html
Gracias Melody por tus palabras y por dejar tu huella en mi blog. Tu blog es de gran belleza, ya te sigo también. Un abrazo enorme
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