CONVOCATORIA JUEVERA: CADA JUEVES UN RELATO. Anfitriona
Testimonio de un gato
Como siempre, intentando no superar las 350 palabras, con el estilo y forma que prefieran, aborden la propuesta como más les guste, haciendo referencia a nuestro encuentro y enlazando el blog convocante (en este caso, el mío) para que todos los relatos puedan ser leídos y comentados por quienes se sumen.
Relatos participantes Aquí
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¡Ay, Lulú! ¿Qué haría yo sin ti? Expresó Laura acariciando a su mascota. Me siento tan sola, que tu compañía es lo único que me reconforta.
«Si pudiera hablar, te diría unas cuantas cosas», pensó la gata, observando a su dueña. «Agradezco, eso sí, las raciones de comida y los arrumacos ocasionales, pero ¡qué pesada eres!». Nunca te das cuenta de que, cuando te miro desde lejos, es para decidir si mereces mi presencia en ese momento. Pero no, tú no sabes interpretarlo. En cuanto me ves, corres a cogerme en brazos y acariciarme. «¡Puaj, no! ¡Eso lo decido yo!». Y luego está el asunto de la puerta. ¿Por qué tienes que ser tan lenta para entender? Cuando araño la puerta, es obvio que quiero salir.
«Y luego está la cama.» Llena de cachivaches inútiles. No, yo no necesito esos objetos; lo único que deseo es cazar ratones, sentir el aire frío de la noche en mi pelo, y experimentar la sensación de libertad. «Pero estoy atrapada en este hogar, rodeada de paredes que limitan mi mundo». Miró a su dueña y dijo miaaau, entonces pensó: «Ya veo qué, a pesar de mi indiferencia, sigues adorándome».
Como si realmente escuchara sus pensamientos, Laura volvió a decir: ¡Ay, si pudieras hablar!
«Pues, si pudiera hablar, te diría que me escaparía de esta casa para cazar a mi antojo.» «Y en mi época de celo...» «Bueno, ya puedes imaginarte lo que haría», pensó Lulú, entrecerrando los ojos.
Vamos, Lulú, es hora de dormir, dijo Laura, con voz suave.
La gata, le miraba fijamente. Pero algo había cambiado en su interior.
¿Qué te pasa, Lulú? Te noto rara.
La gata bufó con los pelos erizados, clavando sus ojos en su dueña, y luego miró hacia la ventana del salón. ¡Ahí, afuera había algo! ¡Algo, que solo ella percibía!
Entonces, Lulú, dio un salto hacia la ventana.
¡Lulú! ¡Lulú, ¿dónde vas?! Gritó Laura, desconcertada.
"Miaaaau", se oyó a lo lejos, sonando en la noche que se abría ante Lulú, libre y feliz.
Laura, un poco triste, murmuró: volverá.
(350 palabras)
https://bloguers.net/votar/NuriadeEspinosa
En verda tal vez la reacción de ellos sería tal cual. Nosotros pensamos que les hacemos un favor teniéndolos en casa a nuestro antojo, ¿pero de verdad quieren ellos eso? O su propia libertad. Un buen texto que hace pensar.
ResponderEliminarUn abrazo Nuria.
Cierto Campirela, nosotros aunque los mimes y demos cariño, seguramente ellos prefieren su libertad. Un abrazo
EliminarHola Nuria, muy bueno tu micro, sin dudas Lulú al no estar castrada ansiaba mucho su libertad. Por suerte mis gatos salen un rato al jardín cuando hay sol y después les gusta estar adentro, durmiendo cómodamente en mi cama o a upa mío si estoy sentada.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu relato, pero me siento aliviada de que los míos no se comporten como Lulú, jajajja.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Hola Patricia, me alegra que tus gatos como la mía sean más tranquilos, sin embargo, la gata de mi hija a pesar de estar castrada, cada vez que mi hija se despista y deja la puerta del lavadero abierta se fuga unos días y luego regresa, es una gata muy tranquila y cariñosa, pero en cuanto ve la ocasión desaparece, jajajaja. Un abrazo
EliminarMe ha encantado tu historia Nuria! Sin duda será lo que piensen muchos gatos que viven en casas, encerrados! Si hay algo que me hacw pensar y sentirme culpable cuandi miro a mis gatos correr por casa, es precisamente esto! Se les queda mi piso pequeño! Je je! Un abrazote!
ResponderEliminarTienes razón Marifelita, en algún momento nos sentimos culpables por no darles la libertad que ellos quisieran. Un abrazo
EliminarYo hay lamento el muchos sean castrados en sus ganas, echo de menos los barullos que se armaban en agosto... pobres, y todavía ellos creen que los seguimos adorando.
ResponderEliminarEs otra forma de verlo, claro que ellos pensarán igual. Abrazos
EliminarAlguno tendrá ganas de cazar, pero de ahí a querer La Libertsd, o sea , ser gatos callejeros, hay mucho trecho. Si despues vuelven es que solo quieren un poquito de libertad. Y en ese caso lo mejor sería dársela aunque se haga cuesta arriba.
ResponderEliminarAbrazooo
Pues sí Gabilante, quizás tendría que ser así aunque no sea fácil. Un abrazo
EliminarHay quienes piensan que una mascota no es una anumal con voluntad y necesidades propias, creen que tienen un muñequito vivo que manejan a su antojo. Más de un animal se escaparía de su dueño si pudiera jajaja. Buen aporte para esta convocatoria gatuna, Nuria, Un abrazo
ResponderEliminarTotalmente cierto Mónica, más de uno volaría en sentido literal, jajajaja. Un abrazo
Eliminar¡Hola, Núria! Dicen que los gatos tienen casa y los perros tienen dueño. No sé si será verdad, pero lo cierto es que su mirada siempre parece de indiferencia hacia nosotros. Tal y como lo has contado :)
ResponderEliminarSaludos. AlmaLeonor_LP
Y por qué será, jajajaja, mejor no le preguntamos. Un abrazo
EliminarBonito relato. Pero yo creo que si los animales están felices en casa, tienen sus juguetitos, su comida, y el cariño de quiénes les cuidan, no extrañarán el exterior, porque están acostumbrados desde niños a estar en casa, no conocen otra cosa distinta. Yo dejo las ventanas abiertas y no se escapa ninguno de los dos gatos
ResponderEliminarUn abrazo.
Puede ser María, en ti caso tienes suerte,i gata tampoco se escapa, pero otros felinos tienen su instinto animal como la gata de mi hija que en cuanto puede escapar y luego regresa. Un abrazo
Eliminar¡Pobre Lulú! Eso deben pensar todas las mascotas encerradas en un piso.
ResponderEliminarMuy bueno.
Jajajaja, seguramente Tracy, un abrazo grande
EliminarEstos animales son cazadores, son salvajes pero como son tan tiernos los hemos vuelto mascotas, pero su verdadera naturaleza es esa: estar libres, cazando al raton.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Jose, un abrazo
EliminarPues yo pienso que Lulú era una quejona..lo tenía todo pero le hacía falta un gato..por eso salió a las puras cuando divisó uno....ya volverá... bessssss
ResponderEliminarExactamente Diva, eso es lo que hace cada vez que desaparece, pero alcabo de un día o menos regresa, jajajaja. Un abrazo
EliminarHola Nuria, jaja, si pudieran hablar, cierto que igual no siempre sabemos interpretar sus necesidades.
ResponderEliminarUn abrazo grande!
Así es, nosotros nos imaginamos que están felices, pero en realidad no es una certeza. Un abrazo y feliz fin de semana
EliminarInteresante el punto de vista que presentaste.
ResponderEliminarTiene sentido, es probable que los gatos necesiten salir afuera, a la noche, subirse a los árboles. Y aunque sea molesto, saltar techos.
Un abrazo.
Totalmente, son curiosos por naturaleza. Un abrazo y feliz fin de semana.
EliminarHola, Nuria, jajajaj, seguro que dirían eso, sin dudarlo.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Gracias Merche, abrazos
EliminarLos gatos son maestros del escape, si se les abre la puerta, salen corriendo y vuelven varios días después muertos de hambre.
ResponderEliminarVaya que sí, jajajaja, que bien los conoces Lucila 😉 un abrazo
EliminarYo creo que Lulú volverá, porque los gatos siempre aprecian la estancia en un lugar seguro y no suelen abandonarlo. Has creado un relato que consigue meterte en la mente del felino, me he identificado con lo que piensa y lo veo lógico y a la vez fascinante al pensar qué se pasará les por la cabeza a los animales de compañía. Supongo que tienen sus pensamientos propios.
ResponderEliminarMe ha encantado Nuria.
Un abrazo.
Gracias Marcos, estoy segura de que tienen sus propios pensamientos. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
EliminarEs verdad que estos felinos bellos como ellos solos, son independientes. Pero sí que también aprecian el amor. Me da terror cuando un gato es paseador, muchas veces terminan cruelmente lastimados. Muy bonito, quizá muchos de ellos hablarían como Lulú. Un abrazo! 😽
ResponderEliminarAsí es Maty, si supiéramos lo que sienten quizás nos sorprenderíamos. Un abrazo
EliminarSeguro que si los gatos hablarán más de uno hablaría así. Un abrazo.
ResponderEliminarSeguramente, un abrazo
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