Este mes el VadeReto organizado desde el blog Acervo de letras el tema es:
LA INVITACIÓN
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También es mi participación a la Convocatoria: Un jueves, un relato. Puedes participar en la convocatoria la cuál está semana soy la anfitriona y cuyo tema es el MIEDO
«No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor. Alejandro Dumas».
Tras leer la carta una y otra vez, no puedo evitar sentirme más que intrigada por la misteriosa invitación. Un mazazo de preguntas se agolpan en mi mente. ¿Quién es el escribiente anónimo? ¿Por qué me elige a mí para esta cena en un lugar tan lujoso? ¿Acaso me conoce? ¿Qué intención se esconde detrás de esta invitación? Por supuesto, la idea de cenar en el restaurante «El rincón rosa» es emocionante. Siempre he querido ir, pero nunca ha surgido la oportunidad. Sin embargo, algo que no sé explicar, me hace dudar. Soy por naturaleza una persona desconfiada.
Le he dado muchas vueltas. Incluso he pensado en acudir a la cita y ponerme el vestido marrón ceñido que resalta las partes más sensuales de mi cuerpo. Y sobre la solapa del abrigo beige, el broche de circonitas que me regaló papá en mi treinta cumpleaños luciendo una rosa blanca, símbolo de la pureza de mi corazón. Es que hasta sé que llevaría el libro «Cien años de soledad», que es como me siento la mayor parte del tiempo. Pero... cómo no puedo responder a la carta con una educada negativa. No me arriesgo a que sea una situación algo comprometida. Me vino a la cabeza la película "Cita a ciegas". Sin duda reconozco que la idea de conocer al anónimo me intriga; no obstante, lo desconocido me asusta, siempre me ha dado miedo. Empiezo a sentir ansiedad. Me tomo un Orfidal. Espero algunos minutos a que haga efecto. Ahora, me siento mucho mejor. Así que dejo en la estantería el libro que lleva rato entre mis manos. No voy a correr riesgos innecesarios. A fin de cuentas, llevo tanto tiempo sola que hasta me he acostumbrado. Guardo la carta en un cajón decidida a seguir adelante con mi vida, sin preocuparme más por algo que no ha pasado, y que ni siquiera sé si quiero que suceda.
Sin embargo a medida que pasaron los días, la curiosidad por la invitación misteriosa siguió preguntándole a mi corazón si había actuado bien, a pesar de que en principio mi decisión inicial fue descartarla, no pude evitar pensar en quién podría estar detrás de ella y qué podría significar para mí. Después de semanas de cavilando, decidí seguir mi instinto y aceptar la invitación. Devolví el sobre al apartado de correos que marcaba en una pequeña esquina del papel. Con una fecha y la palabra acepto. La noche de la cena llegó y me encontré nerviosa pero emocionada mientras me preparé para salir. Me puse el vestido marrón ceñido y clavé con cuidado el broche de circonitas en la solapa de mi abrigo beige. Cogi el libro, Cien años de soledad, como si fuera una especie de amuleto y fui hacia el restaurante "El rincón rosa".
Al entrar, vi una mesa reservada con una sola silla. Me sentí un poco rara, inquieta, pero pronto un camarero se acercó y me guió hacia un rincón más íntimo del restaurante. Allí, estaba un hombre elegante y sonriente, que me pidió con amabilidad que tomase asiento. Algo incómoda, pero curiosa acepté. Resultó ser un antiguo amigo de la infancia que había perdido el contacto conmigo durante años. Nos reímos al evocar travesuras, anécdotas y compartiendo historias de nuestra niñez.
La invitación misteriosa fue su forma de volver a conectar conmigo. Laura, una amiga en común le contó todo sobre mí, dónde trabajaba, que no tenía pareja y cuáles eran mis gustos y anhelos, y él sabiendo que siempre había querido visitar ese restaurante hizo el resto. Al final de la noche, me doy cuenta de que a veces vale la pena enfrentarse al miedo y darle una oportunidad a lo desconocido. Esta cena inesperada he descubierto al amor de mi vida.
https://bloguers.net/votar/NuriadeEspinosa
¡¡¡Ooooohhhh!!!
ResponderEliminar¡Has descartado la invitación!
Si era yo el que te la enviaba, pero claro, con el misterio que siempre caracteriza a nuestro VadeReto. Era un convite para celebrar los nosecuantos años del Acervo (qué más da el número si lo que importa es la fiesta). 😜😊
Bueno, ahora en serio. Es lo más sensato que se puede hacer en estos tiempos. Que lo mismo terminas de esclavo de un mafioso ruso, que metido en un reality televisivo. No sé qué me da más repelús.
Me ha gustado mucho el libro, aunque por otras razones. Creo que hace demasiado que lo leí y ahora es un buen momento, otra edad, para releerlo.
Muchas gracias por tu participación en un momento tan complicado, amiga. Espero que los aires de la nueva estación que está por llegar cambien las penas por sonrisas y fortalezcan los ánimos.
Abrazo muy muy grande y cálido.
Muchas gracias José Antonio por tus palabras de ánimo. Me alegra que te haya gustado el texto. Un fuerte abrazo
EliminarEl miedo a veces nos limita a hacer muchas cosas. Tambien es verdad que la sensatez nos ahorra sorpresas desagradables! Que dilema es la vida! Je je! Un abrazote Nuria!
ResponderEliminarEl miedo nos limita muchas veces a probar cosas nuevas! La sensatez tambien nos ayuda a tomar buenas decisiones y evitar sorpresas desagradables! Que gran dilema es esta vida! Je je! Un abrazote Nuria!
ResponderEliminarAsí es Marifelita, el miedo a lo desconocido, es paralizador. Gracias y un abrazo
EliminarHe disfrutado la intriga que envuelve a esa carta anónima. Un gran cuento, Nuria, le veo mucho contenido. Lo del libro refleja muy bien las emociones de la protagonista, esa soledad que la envuelve. Bien logrado te felicito.
ResponderEliminarGracias Mari Carmen, me alegra que te haya gustado. Un abrazo
EliminarDice el refrán que "Quien no se embarca, no se marea". En la vida hay que correr riesgos, pero entiendo que hay que hacerlo con prudencia y con una cierta seguridad. Una carta anónima, no parece que invite a correrlos. Así que mejor no "embarcarse" en la aventura.
ResponderEliminarMe ha gustado tu "miedo".
Un abrazo.
Gracias Pepe, la verdad es que nunca me atrevería a acudir a una cita desconocida. Con la de cosas que se oyen hoy en día. Aunque sinceramente no en mis tiempos de juventud hubiera sido capaz. Un abrazo
EliminarUn buen dilema, en ese caso, acudir o no a una misteriosa cita... Puede deparar agradables sorpresas o un enorme disgusto.
ResponderEliminarUn buen texto, para el tema juevero de esta semana.
Gracias, escritores de Endrín, abrazos
EliminarHay razones completamente justificadas para sentir miedos de esa invitacion: Si basicamente la mayor parte de los sucesos de pagina roja, son causados por los conocidos y familiares de las personas.... mas aun se expone uno en citas a ciegas.
ResponderEliminarTotalmente. Gracias José por tu visita y comentario. Saludos
EliminarHay un miedo dentro de nosotros que es difícil de curar, y eso fue lo que sintió la protagonista de tu carta.
ResponderEliminarEstaba tan aferrada a su soledad que el salir con alguien y desconocido la desarmo y sus temores fueron más grandes que su curiosidad. Un buen texto. Besotes Nuria.
Así es Campirela, acudir a una cita con un desconocido no era factible. Gracias. Un fuerte abrazo
EliminarHas elegido la opción más original, Nuria. No se me habría ocurrido. Una historia muy bien hilada. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Marcos, un abrazo
EliminarLa precaución es hija de la experiencia y sobrina del miedo.
ResponderEliminarPues si Julio, más que preocupación es miedo a lo desconocido supongo. Un abrazo
EliminarCon todas esas vueltas y preguntas, mas tiempo le daba al miedo, y no iba ir muy lejos. Si!! Puede pasar, aunque también ese miedo puede prevenir, fatales resultados a lo desconocido. Creo que es bueno seguir también nuestro instinto animal de preservación.
ResponderEliminar¿Quizás el anónimo era alguien interesante? jeje
Un abrazo Nuria :)
Gracias Cecy, pero mejor no averiguarlo por si acaso. Un abrazo
ResponderEliminarA veces el exceso de precaución conspira contra nosotros y esa necesidad de agregarle un poquito de riesgo a la vida. Soy de las que siempre sospechan lo peor, no creas que hubiera actuado distinto jaja. Un abrazo Nuria. Felicitaciones por el éxito de la convocatoria
ResponderEliminarGracias Mónica, yo pienso igual. Me alegro que te haya gustado. Y que el tema de la convocatoria también haya gustado. Un abrazo fuerte
EliminarCreo que es el peor de los miedos, el que se tiene a lo desconocido, pero también el que más atracción te provoca. Sin duda a veces ese miedo te lleva a no moverte de tu zona de confort lo que le ocurrió a tu protagonista. Has descrito esa zozobra muy bien, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarGracias Tracy, el miedo a lo desconocido es algo que supera al ser humano, me alegra que te haya gustado. Un abrazo
EliminarY es que a veces nos puede la curiosidad y tomar la decisión acertada es difícil. Aunque en este caso la protagonista elige su tranquilidad un decisión savia. Muy buen relato, besos.
ResponderEliminarGracias Molí, un fuerte abrazo
EliminarTiene sentido el no haber aceptado la invitación, aun con el riesgo de haberse perdido un buen encuentro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si, también lo pienso Demiurgo, gracias. Un abrazo
EliminarPodría haber vivido una aventura, tanto para bien como para mal, pero al final decidió guiarse por su temor... para bien o para mal.
ResponderEliminar¡Genial relato y genial convocatoria, Nuria!
Un besazo enorme
Muchas gracias Dafne, un fuerte abrazo
EliminarTal vez por miedo estamos condenándonos a un destino quenso esperaba. Un buen texto. Me he preguntado qué habría hecho yo, curiosa desde siempre...y no lo sé :-)
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Hola Albada, a veces el miedo a lo desconocido es descorazonador. Un abrazo
Eliminar¡Hola, Nuria!
ResponderEliminarHay que lanzarse a la aventura, así que sí, responde a la invitación y sigue adelante, nunca se sabe, si es para bien mejor y si es para mal le pones fin rápidamente.
Un abrazo. :)
Hola Merche, todo depende de lo aventurera que una sea, jajaja, gracias y un abrazo
EliminarHola querida Nuria, yo en cambio hubiese ido, a veces el tren pasa una sola vez, y hay aventuras que si no las vives te quedas con las ganas. Pero me encantó mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias, un abrazo
EliminarHola Nuria, buena propuesta para el reto. Me gusta que tu relato es distinto en cuanto a que la invitación es rechazada. Muy buenas reflexiones de la protagonista que hace que se decida por no ir. Bien hecho. Saludos.
ResponderEliminarGracias Ana, la verdad es que me inspiré en mi misma que habría sido incapaz de acudir a la cita. Saludos
EliminarLO desconocido da miedo, el riesgo da miedo, salir de la zona de confort da miedo. Y la protagonista lo tiene. Prefiere continuar con su vida ante la posibilidad del fracaso y la frustración. Buen relato Nuria. Un abrazo!
ResponderEliminarlady_p
Gracias Lady, un abrazo
EliminarHola Nuria.
ResponderEliminarEn los tiempos que corren, todo puede dar miedo. Pero perderse una aventura y un posible amor por miedo al riesgo, es una verdadera pena. Creo que será más duro de enfrentar el sentimiento de "Y si..."
¡Muy buen aporte con un relato diferente! Un abrazo.
Marlen
Gracias Marlem, esa fue la intención, hacer algo diferente. Un abrazo
EliminarHola querida Nuria, yo en cambio hubiese ido, a veces el tren pasa una sola vez, y hay aventuras que si no las vives te quedas con las ganas. Pero me encantó mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias, un abrazo
EliminarHola Nuria! Tu respuesta a la invitación es realista y sensata, quién no siente ese temor ante lo desconocido! Muy bien plasmada esa incertidumbre y la decisión final. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias Lola, me alegra que te haya gustado. Un abrazo
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