Viernes creativos: He visto a Minnie fumando.
Ele, organiza esta convocatoria semanal. Para más información entra al enlace👇
Un hombre llamado Carlos, lleva en su interior una profunda tristeza que se ha arraigado en su corazón. Tras un largo y forzoso parón laboral, solo encontró trabajo de animador infantil en Children's Festival, una empresa que organiza eventos infantiles. Esa tarde le tocó disfrazarse de Minnie Mouse, para entretener a los niños invitados al cumpleaños de Sara en el parque Central. Después de tomarse un descanso en uno de los rincones del parque, se retira la pesada cabeza del disfraz de Minnie. Se apoya en la barandilla y se fuma un cigarrillo.
Día tras día, tras hacer reír a los niños, sin poder evitar que en lo más profundo de su ser, su tristeza se enfrente en una lucha contra la decepción que lo corroe por dentro. Mientras aspira el humo, recuerda los días felices de su infancia, cuando ignoraba el sentimiento de tristeza. En medio de su pensamiento, una niña se acerca tímidamente. Sus ojos llenos de curiosidad reflejan la inocencia que él había perdido hacía mucho tiempo. La niña, de nombre María, sin decir palabra, extiende su manita hacia él y le ofrece una piruleta de fresa. Carlos, conmovido por el gesto, deja ver una leve sonrisa y coge la piruleta. La niña se pone a su lado, y le pregunta:
—¿No quieres jugar conmigo?
—¿Es que no te gusta jugar con tus amiguitos? La fiesta aún no ha terminado.
—Sin Minnie es aburrida.
Él la mira un momento en silencio pensando en que la niña que apenas tendrá 7 años parece estar haciéndole juego psicológico. Sin embargo, es en ese instante especial en el que el silencio habla más que las palabras. Carlos comprende qué, en su tristeza, no estaba solo; que su trabajo es más digno de lo que pensaba y qué cómo su padre decía; "siempre habrá una chispa de luz y esperanza que se pueda encontrar en los actos más sencillos y en las personas menos inesperadas".
Entonces, sin esperarlo, siente como la tristeza le abandona. Se pone de nuevo la cabeza de Minnie, y con María de la mano vuelve a la fiesta. Y continúa trabajando y disfrutando de su trabajo con orgullo y felicidad. De tanto en tanto, cuándo siente algo de melancolía, recuerda la generosidad de aquella niña, que en su inocencia le hizo ver la belleza de su trabajo en uno de los momentos más extraños de su vida.
https://bloguers.net/votar/NuriadeEspinosa
Hermoso relato que muestra que nada es pequeño si hay alguien que lo contempla con ojos muy abiertos. Saludos.
ResponderEliminarAsí es Joselu, esa mirada inocente puede cambiar un instante. Gracias y un abrazo
EliminarEse señor mayor vestido de Minnie destila dignidad...Buena aportación! Un abrazo!
ResponderEliminarlady_p
Gracias Lady, un abrazo
EliminarQué belleza de relato, Nuria!
ResponderEliminarLos niños son capaces de remover los sentimientos más negativos para hacerlos positivos.
Un gran abrazo.
Así es Carmen, por eso nunca deberían sufrir. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
EliminarHola Nuria, conmovedor relato, es chocante la imagen, pero siempre habrá un niño que nos recuerde la inocencia de la vida. Muy acertado el relato para la imagen.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Gracias Merche, dicen que una imagen vale más que mil palabras, así que me alegra de haber estado acertada. Un abrazo
EliminarTodos los trabajos tienen su importancia. Hay que saber buscarla. Un albañil que pone ladrillos no sólo hace eso, está contribuyendo a construir un edificio. Un abrazo 🤗
ResponderEliminarAsí es Federico, al igual que una limpiadora contribuye al bienestar de las personas. Gracias y un abrazo
Eliminar