En el polo norte, Papá Noel, sentado en su trono, revisa la lista de regalos. El duende de la Navidad se acerca tímidamente. Santa, al darse cuenta, frunce el ceño.
—¡Qué día tan agotador! Tengo mucho trabajo y poco tiempo; recalca.
El duende, nervioso, añade.
—Santa, necesito hablar contigo.
Papá Noel. Levanta la cabeza, deja el cuaderno que sujeta entre sus manos, suspira y pregunta.
—¿Qué pasa, duende? No estoy para charradas en este momento.
—Lo sé, lo sé, pero… ummm —dijo rascándose la nuca— se trata de algo importante. Ha ocurrido un problema en el taller de juguetes.
—¿Un problema? ¿Qué ha sucedido?
—En la cadena de producción de los soldaditos, un eje se ha roto por accidente, hemos tenido que parar.
—¡Nooo! —respondió compungido— No podemos permitirnos ningún error en esta época del año. Los niños confían en mí para que les entregue sus regalos.
—Puedo trabajar más horas e intentar reparar todos los juguetes dañados.
Papá Noel, molesto, se levantó del trono deambulando de un sitio a otro, dando miradas de soslayo al duende cuyo rostro preocupado se mantenía en silencio.
—En los últimos siete días has cometido muchos errores que han atrasado la producción y ahora, cuándo a penas quedas unos días... No sé qué voy a hacer contigo. ¡Estoy harto, harto!
—Pero, Santa, apenas descanso y trabajo duro, un error lo...
—¿Un error? —cortó Santa—! Esto no es un error, es una catástrofe! Los niños creerán que les he fallado y me odiarán. Y ya sabes que pasará si esto sucede. Es tu responsabilidad que no haya ni fallos ni errores, esa es tu única tarea.
El duende agacha el rostro con tristeza. Entiende la preocupación de Santa Claus y responde:
—Solo te pido una oportunidad más. Enmendaré mi error, repartirás los juguetes y nunca más volverá a ocurrir.
Nada más terminar de decir estás palabras, desaparece con rapidez ante la mirada atónita y preocupada de Santa, que sin mediar palabra, a la vez que mueve la cabeza con gesto negativo, vuelve a su lista de regalos, esperando que cumpla su cometido.
¿Logrará el duende que la producción de juguetes esté lista en Navidad?
Un bonito cuento navideño en el cual nos sumergimos en las peripecias de Santa Klaus y los duendecillos de la Navidad. Esperemos que la cadena de producción de regalos se restablezca a la mayor brevedad.
ResponderEliminarGracias Vila, por tu visita y comentario, me alegra que te haya gustado. Estoy segura de que lo conseguirán. Un abrazo
EliminarEstoy seguro de que sí, el espíritu navideño todo lo puede. Un saludo, Nuria.
ResponderEliminarEso mismo pienso yo, Antonio, gracias. Saludos
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