Tras conocer la leyenda que rodea a la roca ataúd. Un grupo de jóvenes deciden aventurarse en el profundo y oscuro bosque donde los ancianos aseguran que la bruja Oscura vigila y que aquél que se acerca muere en la roca ataúd. Convencidos de que todo es charlatanería del aburrimiento de los ancianos; al anochecer, amparados en la oscuridad de la noche, caminan entre los árboles, sin saber que la bruja les acecha desde la penumbra y que cada paso que dan les acerca más a la roca ataúd que podría ser su muerte; el lugar donde sus almas quedarían atrapadas para siempre.
El viento sopla gélido, augurando su destino. Si la leyenda era real, con la llegada del amanecer, su último aliento podía ser absorbido por la roca del bosque, condenándolos eternamente en la oscuridad. Sintiendo el miedo que se palpaba en el aire, el grupo de jóvenes continúan decididos. Los árboles se retuercen y se alzan a su alrededor como siluetas tenebrosas de oscuros guardianes que silenciosos ocultan secretos.
De repente, un escalofrío recorre sus cuerpos mientras un susurro siniestro les alcanza. «No hay escape», murmuró la voz de la bruja, resonando en sus oídos como un eco macabro. Su risa malévola se mezcló con el viento, desgarrando el silencio de la noche. El grupo se apresuró, y aumentó su ritmo, mientras la roca se vislumbraba en la distancia. La luna llena se reflejaba en su superficie, como un aura tenebrosa. Los ancianos decían que la roca estaba impregnada de historias sombrías, de almas perdidas y desesperadas que habían sucumbido ante la bruja y habían encontrado su eterno descanso en su frío abrazo.
El ruido de las ramas crujen bajo sus pies, como si intentaran detener su avance. Cada paso se vuelve una lucha contra su propia resistencia, porque la bruja los manipula desde las sombras. Los jóvenes sienten que su fuerza disminuye, y sus corazones laten con intensidad al ver qué el bosque cobra vida, enlazando sus raíces para obstaculizar su huida. El aire se vuelve más denso, dificultando la respiración. Los jóvenes se preguntan si podrán escapar de aquél bosque, y encontrar una brecha en la oscuridad donde la bruja no tenga fuerza. Entonces un miembro del grupo tropieza y cae al suelo. Mientras se levanta, su mirada se encuentra con los ojos rojos y vacíos de la bruja emergiendo entre los árboles. El terror se apodera de los ellos. Pero contra todo pronóstico, se agarran de las manos y con una sola mirada prometen protegerse hasta su último aliento. Juntos, corren hacia la roca maldita, empujando con todas sus fuerzas, desafiando a la bruja y a su destino implacable.
El frío abrazo del amanecer envuelve el bosque mientras alcanzan su objetivo. Sin aliento, miran hacia atrás, creen que la bruja deborarà sus almas. Pero para su sorpresa, la roca permanece inerte, incapaz de cumplir su propósito maligno. La bruja, enfurecida por su derrota, desaparece en medio de un vendaval de hojas caídas. Los jóvenes, exhaustos, pero aliviados, se abrazan. Han desafiado a la oscuridad y han salido victoriosos. A partir de ese momento, la roca del bosque pierde su influencia. El sol ilumina el camino, y el miedo se desvanece entre la bruma de la mañana.
«Pero nadie se da cuenta de que más allá de la espesura del bosque, la bruja Oscura planea su venganza. El bosque no tarda en quedar en silencio, solo el viento susurra entre los árboles como una macabra despedida. La bruja convierte de nuevo la roca ataúd en un lugar oscuro y temido: que es un aviso para las almas perdidas y las vidas que la bruja arrebató y que puede arrebatar».
Así que ya sabéis, ni en Halloween se os ocurra cruzar por el bosque maldito. 🎃
Y si os ha gustado, decidlo. Vuestros comentarios me alimentan.
Los relatos de terror nunca acaban bien, sobre todo para poder continuarlos. Un abrazo, Nuria
ResponderEliminarAsí es Federico, es curioso, pero suele pasar. Gracias por tu visita. Un abrazo
EliminarEstá claro que no es un lugar en el cual acampar.;)
ResponderEliminarCierto Cambrónidas, saludos
EliminarHola, Nuria, ni bosque, ni carretera, ni nada por el estilo ni en estas fechas ni en otras, por si acaso, uuuffff, los pelos de punta...
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Jajaja, la verdad es que es para pensárselo Merche, gracias por tu visita. Un abrazo
EliminarNuria, me parece que este tipo de relatos se te dan perfectamente. Me gustan mucho, sabes? Y te salen muy bien. Felicidades, un abrazo!
ResponderEliminarGracias Maty, me alegra que te gusten y te agradezco tus palabras que siempre ayudan a continuar. Un fuerte abrazo
EliminarHola, Nuria, la atmósfera de misterio que has creado te atrapa desde el principio y te lleva a ese final terrorífico. ¡Uff! Para echar a ocrrer y no parar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja, gracias María Pilar, me alegro de haber conseguido el efecto deseado. Un fuerte abrazo
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