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viernes, 28 de octubre de 2022

Fumaré la pipa de la paz



#Soledadesenlamultitud

Allí estaba, justo en la pared de la casa, el amuleto que la anciana con trocitos de hueso había creado para mí protección; sentí un terrible escalofrío, miré en mi bolso. ¡No estaba! La caravela sonreía irónicamente.

¿Qué sucedía? De pronto vi mi rostro en la pared junto a las imágenes. El grafitero era un discípulo de satánas y la anciana su madre, reina del tétrico bosque de la muerte que me había engañado. Fue la última vez que vi mi rostro.


#LeeArte

Alrededor de la hoguera el jefe indio Pluma blanca, negocia por el cargamento de whisky.

—No hay trato, si no incluye una caja de rifles.

—El acuerdo solo es para el whisky. No quiero tener problemas con la confederación.

El jefe indio molesto escupe a sus pies.

—Vaya, —dijo sorprendido el negociador—no fumaré la pipa de la paz Pluma blanca.

El yanqui ante un gesto que le parece extraño, coge su rifle y les pega un tiro.

Fue el inicio de las guerras indias y estado americano.


#RetoAlastor

Entonces llega su momento, el que lleva tanto tiempo esperando por haber sido castigado erróneamente; él no quería una guerra contra el cielo, iba a desarmar una lucha contra los demonios con un engaño. Sin embargo, dios no le creyó y fue desterrado a un mundo de oscuridad. Ahora que los cimientos de su poder se quiebran se vengara por el tiempo que estuvo en cautiverio; atraerá a los demonios y cuando las puertas del infierno se abran los matará a todos para que dios le perdone, esa será su gran prueba.


#LeeArte
Una mañana de otra época la alta sociedad salió tras la reina. La batalla durante la noche, había sido dura. Las doncellas miraban con el gesto compungido los muertos que yacían a las puertas del palacio; el horror de la decadencia humana se reflejaba en sus miradas.



#PanicoSiniestro

¿Vida o muerte?
Fue la pregunta que los monstruos de Halloween hacían a la gente. La locura invadía las calles. La gente gritaba, huía aterrorizada. En esta noche infernal, la vida o la muerte se cruzaban sin más. Sólo te queda luchar y ganar para sobrevivir.

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Primera parte de esta historia  Al final del sendero Segunda parte  El descubrimiento Ahora, tantos años después de aquel día, ya no soy la ...