En el VadeReto de este mes, desde su blog, José Antonio Sánchez nos prone una interesante propuesta para nuestra imaginación. Escribir sobre una historia en la que debe aparecer este elemento arquitectónico, bien en su forma física o bien en su aspecto simbólico, y al menos una vez la palabra PUENTE.
Para más información pasaros por su blog 👇👇
Aquí mi aportación para el VadeReto. He adaptado este relato para el reto. 👇👇
Caminaba absorta en sus pensamientos. Descubrió aquella noche de un día extraño, que los silencios no se pueden perdonar, porque el día tiene una deuda con la noche y la noche con el día y en el tiempo no queda sitio para el dolor. Lucía, llevaba sobre su cuello la esmeralda en que una noche sus ojos creyeron en el amor.
Su trabajo le reportaba un mísero salario que apenas alcanzaba para su sustento, se sentía tan gregaria en su trabajo, en su propia soledad, que no se acordó de sus seres queridos.
¿Qué extraño pensamiento juzgaba su mente?
En aquel punto, el viento cantaba y las luces alumbraban la soledad en el Puente de Triana por donde solía caminar durante las noches frías en las que de tanto en tanto un vehículo cruzaba; estaba convencida que el puente, duraría mientras el mundo durase tras su construcción en 1852 ordenada por Isabel II. Se preguntó si su deseo no era motivo de la sinrazón, de la locura.
¡No pedía tanto!...
Admiraba el progreso, sin embargo, para ella fue nefasto. La tecnología le retiró de su puesto principal y la relegó a otro más inferior y menos remunerado.
¡Malditas máquinas! —Farfulló.
Rascacielos de cuarenta pisos con sus ascensores y escaleras de emergencia. Una urbe iluminada esperando la navidad más ausente de la realidad que nunca. Se encogió de hombros con las manos en los bolsillos y se enemistó con su abrigo.
—¡Sigo esperando!... —Gritó.
A unos pocos metros sobre el puente, unos ojos no dejaban de observar. La vida parecía no querer concederle su deseo; ser amada, ser feliz y vivirlo con su familia. Su familia… ¡Qué lejana la sentía!.
¿Por qué, por qué se fue aquel día y nunca regresó?
Era un pensamiento transitorio que no dejaba de avizorar en la oscura noche. Tal vez sucedió algo que no le permitió volver, pensó, pero me habría avisado. No, no… se fue y me abandonó.
—Estoy aquí… — Gritó de nuevo, aquí y quiero ser feliz, feliz…
Se hundió de nuevo en la tristeza; quiso continuar su camino, un haz de luz alumbró sus pasos. Se quedó atónita, creyó que su mente la estaba trastornando. Sin embargo, ante ella apareció Simón.
—Simón, murmuró. No, no puede ser.
—Lucía, solo tengo unos minutos. Nunca te abandoné. Morí en un accidente. Tu tristeza, soledad y angustia han hecho que los ángeles custodios te concedieran tu deseo. ¡Volver a verme! Aún llevas la esmeralda que te regalé. Debes seguir adelante, volver a sonreír. Dejar que el amor entre de nuevo en tu corazón y por favor, regresa junto a tu familia. Ellos te añoran y ya han pasado años desde que fallecí. Debes pasar página.
—Pero yo, yo no puedo. No, no te vayas…
—Señorita, ¿se encuentra bien? —se atrevió a interferir, pues ella hablaba en voz alta.
Lucía se quedó inmóvil. ¿De dónde había salido? Se preguntó.
—Perdone hace rato que la observo desde el otro lado de la acera y como hablaba sola… No quisiera entrometerme, no obstante me pareció que necesitaba ayuda. ¿Puedo acompañarla?
—Sí, — dijo, en un tono de voz casi imperceptible, quizás Simón tenga razón, ahora sé que me amaba— sí por favor ya estoy cansada de caminar.
—Bien, la invito a tomar un café si le parece bien.
—Por supuesto.
A partir de esa noche volvió a ser feliz y nunca más se separaron. La vida para ella fue siempre en familia, amando a Raúl y recordando con cariño a Simón. Pero sobre todo, cada nuevo aniversario se dirigía al puente y encendía farolillos en honor a los ángeles de la guarda que custodiaban las almas.
P. D. Significado de la palabra Gregaria:
Que forma parte de un grupo sin distinguirse de los demás.
La vida siempre da segundas oportunidades y siempre nos sorprende, para bien o para mal. Un excelente aporte al VadeReto, saludos...
ResponderEliminarGracias Ana, me alegro que te guste. Saludos
EliminarBuenos días, Nuria.
ResponderEliminarUna excelente prosa, embellecida de tu característica poesía, que nos muestra una bellísima historia que trastoca de tristeza en esperanza.
¡Cuánto pesan los recuerdos que se convierten en rémoras de nuestra vida! ¡Qué difícil es olvidar, o aplazar sentimientos, para seguir viviendo!
Esos ángeles custodios, reales, imaginarios o simples esbozos en nuestra mente, son imprescindibles para avanzar. A veces, son la familia, los amigos o nuestra natural perseverancia los que se convierten en ellos. Pero son imprescindibles.
Enhorabuena por el relato y gracias por regalarlo al Acervo.
Un abrazo.
Gracias José Antonio, me alegro que te gustase. A veces esos ángeles custodios nos devuelven la ilusión de vivir. Un abrazo
EliminarUna historia que en principio parecía que iba a tener un final algo diferente y que has llevado hasta uno feliz.
ResponderEliminarFelicidades.
Gracias Vitolosa, un abrazo
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