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martes, 2 de agosto de 2022

El día que sus ojos vieron el terror


 #AsiloOscuro

La cecaelia destruyó con sus tentáculos el barco que navegaba por aguas bravas; furiosa al perturbar la paz del océano sacó su interior demoníaco provocando que los tripulantes se ahogaran sin remedio.


La basura nuclear creó aquel ser gigantesco, de grandes tentáculos que mataba todo animal o humano que salía a su paso. Los soldados lucharon con ferocidad. Lograron aniquilar aquella cosa iracunda. Pero olvidaron buscar sus crías. Pronto la sangre bañaria la tierra. 



#Micromagar 

En la profundidad del bosque, encontré una montaña de letras donde la sombra de sus páginas era mi dueña. El libro cuya batalla quiebra el alma, y el corazón; cambió de nombre en la agónica noche. Tu luz brilla sobre las ramas y te vuelves raíz de mi llanto.



Nunca supo por qué había entrado en aquella oscura mansión, cuando su corazón le gritsba que no lo hiciera; al traspasar el umbral, aquél sórdido espejo llamó su atención. No pudo evitar acercarse, una fuerza sobre humana la atrajo hacia su interior del que jamás logró salir. 



El gran arácnido tejía su nido sin respiro esperando paciente su presa. Aquella niña entró en la oscuridad huyendo del fuego, sin saber que sería el alimento de la repugnante araña; pero el arácnido tampoco sabía que la pequeña era portadora de un virus mortal que sería su fin. 


El día que sus ojos vieron la oscuridad que había en su interior, se miró al espejo y allí tomaron vida sus miedos. Un grito ahogado intentó salir de su garganta, pero murió entre el murmullo de quiénes con su mirada la amenazaban. La maldad se abría paso sin poderlo evitar. 


Cuando tocó el manubrio de la 

máquina que hacía avanzar el tiempo, dio medio giro sobre si mismo, la manecilla crujió quejosa; sorprendido volvió a girar sobre el objeto. Su entorno empezó a hilar sueños. Entonces comprendió que solo era un segundo. 

#microcuentos




Le observé beber de su vaso. El coñac entró en su garganta.

—Bebe, bebe más—grité para mis adentros. Al cabo de un rato se levantó tambaleante. Le seguí. No podía desvelar quién era. Tras llegar al callejón cayó de bruces contra el suelo; oscuridad. 

#Microrrelatos



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