#RetoDel7DeEmilio
En un oscuro callejón, bajo la luz de la luna, encontré una llave dorada. Al principio tuve un pálpito y creí que era de oro, pero nada más lejos de la realidad. Era de latón. Sin embargo, por algo que no sabría explicar, la guardé en mi bolsillo.
Continué mi camino de regreso a casa. Estaba cansado, así que me dejé caer sobre el sofá y al rato el sopor hizo que me durmiera. Entré en un siniestro castillo cuyos pasadizos se hacían eternos y nunca lograba llegar al final de aquellas extrañas paredes.
No sé cuánto tiempo dormí, hasta que un duende dorado me despertó.
— Dame la llave —dijo—, no te pertenece.
Ni siquiera recordaba aquella llave. Metí la mano en el bolsillo y la cogí. El duende la arrancó prácticamente de entre mis dedos y salió huyendo.
Las campanas de cristal sonaban sin badajo, provocando que el frecuente sonido vibrara en mi tímpano. Me asombré, ¿qué sucedía? El sonido era de alarma. Corrí a la puerta, los vecinos miraban hacia el cielo. Yo fui el único que vio el humo rojo salir de la chimenea.
Grité llevándome las manos a la cabeza.
— ¡Dios mío, es la peste negra!
Pero nadie me escuchaba, ninguna persona parecía verme.
Entonces de repente desperté del sueño dentro de mi sueño.
Instintivamente, llevé mi mano al bolsillo y respiré con alivio al tocar la llave.
Estaba seguro de que no era culpa del alcohol, había tomado, un par de copas de vino tinto. Ni fruto de mi imaginación. No obstante, la pequeña herida en la palma de mi mano. Era la única prueba de aquel sueño. Y allí estaba entre la oscuridad; el duende alargando su mano y arrastrándome hasta un lugar donde sentí el perfume de las flores besar mi alma; había llegado al reino de la felicidad donde las jaulas no existen.
Hola, Nuria, ¡qué intriga! Merece una continuación, sin duda. Me ha encantado lo de que llegó al reino de la felicidad donde las jaulas no existen, curioso.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Gracias Merche, un abrazo
Eliminar¿La llave abre la jaula de la vida hacia el más allá? El duende dice que la llave no pertenece a ella ¿Ella no es dueña de su libertad?
ResponderEliminarPreguntas existenciales sin duda.
Un abrazo Nuria.
Gracias Marcos, un abrazo
EliminarParece una continuación del caminante que llega a un castillo y cada vez la historia se vuelve más mágica. Un abrazo Nuria.
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