Fuiste sutil al seducir la mirada
que con el tiempo se evaporaba.
Pasé página en mi alborada para
encontrar un suspiro en mi cama.
Acuné el viento con mi bufanda, y recordé los besos que tú me dabas.
Traté de olvidarte, pero faltaba tu presencia,
hacía tanto tiempo, que ya casi olvidé tus besos.
Mas soñaba en la vorágine de tus brazos,
¡hacía ya, tanto tiempo!
que entre sueño y sueño te besaba;
mas no lo conseguía ni siquiera en pensamiento,
quizás...
porque un día a ti pertenecieron.
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