Ahora que soy como un títere
en manos de un destino inerte,
miro a lo lejos todo lo que no veo,
en este escenario vacío y muerto.
Cortaré los hilos que me unen
a un sátiro y quebrado corazón,
danzando un futuro bajo el telón,
que dará cobijo a esta canción.
Qué escena tan extraña,
qué macabra la distancia,
que rompe los anhelos
en el paisaje sin aciertos.
Seré bailarina sin cabestro,
hablaré con la voz muda
en esta clausura moderada,
como un baile sin sonido.
¡Qué extraño desatino!
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