Crucé el blanco círculo de tus ojos donde se esfuman las lágrimas y se enciende la mirada.
Qué bruma triste tu espíritu que se jacta de la concordia desesperada.
Mis manos vacías se hacen añicos y en tu abrazo perdido ya ¡no!, queda hastío.
¡Qué orgullo el anhelo!
Lenta nostalgia en la infinita mirada.
¡Realidad que abrasa!
Cuántas veces velé la luna pálida.
La arena impia arrasa la playa bajo el agua
Azabache etéreo que cruza los cielos.
La arena impía arrasa la playa bajo el agua fusiona el azabache etéreo que cruza los cielos.
Qué duda y misterio el halago del ánima en la senda esmeralda el viento perlado y tu mirada.
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