Su avión se estrelló en una tierra desconocida. Única superviviente, Daniela acariciaba aquel enorme y extraño reno. Parecía que allí se había detenido el mundo. A penas llevaba un par de días y lo poco que había logrado explorar no vio señales de vida humana.
¿Qué sería de ella, si estaba sola en aquella tierra? El animal pareció leer su pensamiento y acarició su mano como si buscase consolarla. Ella lloró. Se convenció de que la única solución era explorar aquella tierra que parecía anclada en otra época.
Al amanecer inició su viaje.
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