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domingo, 25 de octubre de 2020

#ViernesNarrativo29. Silvia



Reto alargado a petición de nuestra compañera. @marguita_41 

#ViernesNarrativo29

Los delfines del zoo, era lo que más me gustaba; el espectáculo al lanzar la pelota con la cola y encestarla en la canasta fue fascinante. Comí unas Batatas fritas con kepchut y mayonesa, estaban buenísimas. El lince daba miedo pero es precioso... Los elefantes, me impresionó ver su tamaño, pero sus enormes heces hacían muy mal olor. Después de camino a casa compré unos lápices de colores que necesitaba para un trabajo que tenia que enviar a Noruega, a ver si lograbamos el contrato para hacer la publicidad de esa empresa... La empresa Noruega en concreto eran muy exigentes y el trabajo tenía que quedar impoluto. Estuve varios días con el dossier hasta terminarlo. Caí agotada en la cama. Por la mañana al despertar me encontré mareada y al levantarme vómité. Me pasó varias mañanas y fui al doctor... Me quedé helada al oír el diagnóstico; embarazada. No fui capaz de asumir la noticia hasta que pasaron varios días. Me sentí hundida, un hijo y precisamente ahora que tan solo hacía un par de semanas que me había separado de Luis. Dudaba si decírselo, o no... Que maldad tiene la vida. El motivo por el que dejamos nuestra relación fue que yo no quería tener hijos y Luis si. Pero el día que vino a recoger sus cosas, fui débil y hicimos el amor por última vez. Nos amabamos, pero la barrera del niño nos separó y ahora debía decírselo.

Llevaba varios días concienciandome que lo mejor era que Luis supiese que esperaba un hijo suyo. No sabía si ya habría empezado otra relación, o si simplemente ahora ya no lo deseaba. Albergaba tantas contradicciones en mi cabeza que cada vez que cogia el teléfono para llamarlo colgaba. 

Una mañana al levantarme empecé a encontrarme mal. No pude ir a trabajar; precisamente cuando organizaban una reunión en el auditorio para felicitarme por conseguir el contrato con "Eurofram", un contrato que aparte de los millones que reportaría a la empresa, habría que contratar varios empleados más; un diseñador gráfico, un director de marketing y un publicista, que se dedicasen por entero a que la empresa cumpla los próximos 10 años su contrato.

Llamé al doctor pues no tenía el cuerpo ni para levantarme; tardó poco por estar embarazada y tras examinarme exhaustivamente, me recomendó cama hasta que la gripe remitiese. Baja para quince días, dijo el médico. Llamé a Natalia para que me comprase fruta fresca zumos, un poco de verdura preparada y caldo de calabacin que me gustaba más, ya que el doctor no podía recetar e nada por mi estado y solo si la fiebre subía podía tomar un Paracetamol.

Natalia hizo la compra muy bien, incluso compró leche para que no olvidase tomarme un vaso diario. Aunque insistí mucho al final logré convencerla que no necesitaba que me trajese nada más, tenía más que suficientes alimentos para los quince días.

Pasé unos días sin apenas salir de la cama a causa de la fiebre. Un día al atardecer oí la puerta de la entrada. Me asusté, pero recordé en seguida que aún no me había devuelto Luis las llaves y yo no quise pedírsela.  Entro en la habitación muy serio.

—¿Cómo te encuentras Silvia? Debiste llamarme cuando enfermaste. Estoy molesto por no haberlo hecho, pero comprendo que no lo hicieras por nuestro distanciamiento. 

—Es que yo no sabía si tu es... —no sigas Silvia, solo escuchamé por favor. —Me cortó Luis. 

Lo miré sorprendida y a la vez inquieta por sus palabras. 

—Sé, que no debí irme, y que no puedo obligarte a tener hijos. Que lo primero es tu trabajo y lo acepto porque te quiero y deseo que me perdones y volver contigo. Doy gracias a Dios, por hacer que Natalia me llamase para decirme que estabas enferma. Al enterarme no pude aguantar más y por eso estoy aquí. Para cuidarte si me lo permites y volver a estar juntos. 

—Estoy embarazada Luis, no sabía cómo decírtelo y yo también te quiero. 

Le cambió la cara, me abrazó y lloramos como niños. No dejó que hiciese nada el tiempo de convalecencia, ni los 4 primeros meses del embarazo y después contrató una asistenta para que me ayudase en casa. 

Cuando nació Julia, fue el día más hermoso de nuestra vida. Nunca imaginé como puede cambiarte la vida un hijo que necesita tu atención las 24 horas del día, pero es tan maravilloso que merece la pena ser madre. Soy muy feliz, Julia tiene 4 añitos y estamos esperando un bebé, que ya sabemos que es un niño y le pondremos Luís como su padre. 

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