La brújula

Siempre fui una aventurera. El día que me propusieron ir de expedición a la selva amazónica, lo primero que puse en mi maleta fue una brújula, lo segundo un bolígrafo, una libreta y mi cámara de fotos para captar y grabar todo lo que viera. La aventura empezó .

#pceudocuentos

#pceudocuentos Fui al relojero. Mi brújula se estropeó. Al verla el relojero sonrió irónicamente.

—¿Es suya, de donde la ha sacado?

—La compré en el rastro, es muy bonita verdad.

—Señor, debe valer más de 1 millón de dólares. ¿Desea vender? 

La cara me cambió de color.

¡Era rico!

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En un viaje, encontré una brújula en un mercado. Me atrajo como un imán. Sus bordes dorados, su madera olor ocre y el diminuto papel que encontré en su interior; parecía un acertijo Maya. Pero lo más inquietante eran las voces que desde entonces oía cada noche.

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 Perdí el rumbo, el día que perdí a Noa. Ni las brújulas la encontraron. Me perdí entre la luz de los océanos y como una gota de sonido que se rompe fui a la deriva. Sin ella me perdía. Y como un pájaro solitario metí un mensaje en una botella y lo lancé al mar.