—Vive diez que los molinos han parido manzanas.
—Mi señor, no son manzanas, son nubes sobre las ramas.
—¡Carpe diem! Entonces... Por qué esa muchacha corre ladera abajo con su cesta.
—Mi señor, huye de su lanza.
—Al trote Sancho, que mi Dulcinea escapa.
—Mi señor, eso que usted ve es una yegua parda al trote. Y sobre el prado los manzanos cargados de fruta.
—¿Osas contrariarme cuando te prometí una ínsula y armarte caballero?
—Pero mi señor, yo solo...
—¿Acaso Rocinante es un mulo pardo? Al trote Sancho, que Dulcinea escapa.
—¡Ay!, señor. Que esta batalla, ni mulos, ni caballeros, ni damiselas. En la mazmorra me veo preso.
Hola Nuria: ¡qué bien te ha quedado! Perfectamente podía ser microteatro, jeje. Muy creativo y original. Un abrazo. :)
ResponderEliminarMuchas gracias Merche, tus palabras me animan. Un abrazo
Eliminar