No finjas no ver el eclipse de un beso,
ni ocultes tu rostro en ese preciso momento.
Tendría que estar contenta, con el corazón [...],
por el temblor de tus manos sobre mí espalda.
¿Cuánto tiempo estarás ausente?
Mis ojos verán lo que tu boca anuncia,
en el sendero llano, que abre el camino a tu paso.
¡Que el tiempo no te aleje de mí!
Que restablezca el poder de tu boca.
¡Ojalá los pasos te en caminen a mi lado!
Soy como un títere sin hilos en tus brazos.
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