#PanicoSiniestro
Una intensa niebla se difuminaba sobre el asfalto mojado. La silueta de lo que fue mi cuerpo asomaba sobre la acera. No había duda; estaba muerta. Sobre mi pecho sangriento brillaba una flecha. La sangre... mi sangre.
En ese momento, lo vi. En mi rostro inerte, el que una vez fue mío, destacaba una irónica mueca que solo podía indicar que solté al morir una carcajada. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.
¿De qué se supone que iba a reírme? ¿Qué estúpida ironía era? Quise gritar, pero no pude, se ahogó en mi garganta. Una ráfaga de viento hizo volar un trozo de papel por los aires; en él una sola frase:
"me he librado de ti, puto traidor".
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