Después de un pasado que errático ya no está,
el presente se hace visible porque el futuro
quién sabe si vendrá.
Para que esperar lo que no se puede
encontrar,
desde un pasado donde ningún punto,
ni presente, ni futuro se llegarán a tocar.
Siempre habrá esa nada, en nuestra vida
donde solo el destino, incierto, queda en el camino de la vida.
Esa vida yerma donde el páramo desierto
acaricia la lejanía del pensamiento.
Y abro los brazos al viento, tatuo mis versos
en tu mirada, y en silencio guardo el tiempo,
y acaricio el olvido del desamor.
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