#Monoficcion
El sacerdote llegó a casa de la joven ya entrado el crepúsculo, según él, la hora propicia para el exorcismo. Al ver a la muchacha quedó estupefacto las marcas en el cuerpo, especialmente una que parecía impuesta con un hierro candente ... como signo de esclavitud. Sus manos sangraban, pero al oír su voz, parecía salir del mismísimo infierno, sacó un crucifijo dorado de su bolsillo lo clavó en el colchón y nició el exorcismo hablando sin parar en latin, la joven lo insultaba y escupia improperios, el le echó Agua bendita sobre el cuerpo de la joven. En la habitación Solo estaba el sacerdote y la chica. Cuando el párroco vió que era el momento propicio, abrió la ventana y puso el espejo de la cómoda frente a la cama, gritó unas palabras y el demonio que la poseía salió para poseer al Sacerdote. Éste con gran habilidad giró el espejo hacia el espíritu maligno que salió despedido por la ventana perdiéndose entre el asfalto sin posibilidad de poseer a nadie más.
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