A veces, un sueño te despierta entre tinieblas de una extraña y oscura bruma que todo lo rodea, no ves nada pero sientes un pánico aterrador, como si de pronto el mundo hubiese sido invadido por una oscuridad tenebrosa. Gritas en tu interior, pero nadie escucha. Es desolador, como si te ahogases en una lucha constante entre tus pensamientos y tus emociones; ¿Porqué? Te preguntas. Pero no dejas ni un atisbo de ti que muestre cuanto dolor percibes, y lo reservas y lo guardas como en un pozo profundo del que no quieres o no puedes salir, y tu única opción es esperar y seguir adelante con la esperanza que la niebla se disipe y tu sueño, tus sensaciones y tus cinco sentidos vuelvan a restablecerse o por lo menos llegue a ser la misma que era.
Me siento como un pájaro que sueña que no puede volar y queda atrapado en su propia oscuridad, hasta que un día despierte y descubra con asombro que todo fue como un vendaval onírico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario