Me adentro en ese mundo de sueños dorados,
para captar cada espacio,
como si fuera un halcón ermitaño,
y las luces se estremecen
en la penumbra de un anochecer solitario.
No dejaré que duerman en la calle,
y suspiraré entre los murmullos del hambre,
yo, me estremezco entre el poder de los ciegos
que miran hacia otro lado.
¡Necios, miradme, soy pobre y tengo hambre!
Más al alba si despierto
y mi cámara capta un solo consuelo,
será el instante más grande
que un flas en el universo.
No habrá cama triste, ni vacía,
ni cartón que me resguarde,
¡Qué larga se hace la espera!
de aquel que sueña, y solo anhela…
comer caliente y que sea una cadena.
© Nuria de
Espinosa
No dejaré que duerman en la calle,
ResponderEliminary suspiraré entre los murmullos del hambre,
yo, me estremezco entre el poder de los ciegos
que miran hacia otro lado.
¡Necios, miradme, soy pobre y tengo hambre!
Más al alba si despierto
y mi cámara capta un solo consuelo,
será el instante más grande
que un flas en el universo.
Precioso como todos tus Poema,Abrazos,Nuria.
Gracias maria, me alegra te guste, hay que terminar con tanta pobreza, y los niños son los que más sufren, una brazo del alma
EliminarMe resulta muy bien logrado el poema, amiga. Estupendo!
ResponderEliminarAbrazos
Gracias José, abrazos del alma
EliminarCualquier ayuda es poco para acabar con esa situación. La poesía no puede pasar de largo.
ResponderEliminarBuen trabajo, Nuria.
Un abrazo
Cierto J.R. Infate, nuestra única arma son las letras, gracias y un abrazo del alma
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