Seguidores

viernes, 16 de enero de 2015

No hay adiós




Cuando el dolor halla un vacío,
y el silencio está presente
solo se siente soledad
en al alma hiriente.

Nada  importa si las palabras se disfrazan
junto a la imagen de los recuerdos,
que abrigan una larga aflicción
de nombre, llamada amor.


Solo el abrazo sincero
evapora el dolor y el sufrimiento
y devuelve la paz del corazón.

El camino por la vereda es difuso
y la senda,
desborda el crujir de las hojas
en cada paso que mi recuerdo avanza.

Y no diré adiós,
¡nunca, diré adiós¡
Solo caminaré,
sumida en mis recuerdos.

 © Nuria de Espinosa

2 comentarios:

Misterioso encuentro

  Este microrrelato participa en la convocatoria: cada jueves, un relato... que está semana dirige  Demiurgo                             ***...