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domingo, 20 de marzo de 2022

Las sombras de mi habitación


 #RetoAlastor 

Hace varios días, mi amiga Rosalía me envió por WhatsApp un texto cuyo título parecía sospecho de ser una broma:

"Paseando por las calles —seguí leyendo a pesar de las pocas ganas que tenía—, desde el estado de alarma alguna forma espectral se pasea bajo la luna y por ello entrarás en su espiral de terror por dos motivos: 

¡Tú no eres a quien escribo! Segundo; quien escribe no tiene ni puta idea de quién eres; sin embargo, sigues leyendo". 

Me acordé de toda su familia. Será capullo. El nombre del autor aparecía sólo al final; Jerard.

Despertó en mí el miedo; nada estaba pasando, excepto en la mente de ése sátiro, qué a saber por qué le escribió. Apagué el móvil. Marché al salón, la luna entraba por la ventana y la sombra de lo que nunca seré se fusionó entre las paredes dejando un vacío de sombra y soledad.


#micromagar

Absorto en las páginas del libro, perdió todo percepción de la realidad. Quedó atrapado por la luz que aquellas letras desprendían en una espiral perpetua de su propio yo onírico, como si se tratase de un bucle en el tiempo del que le era imposible despertar.


#PanicoSiniestro

Cuando la magia se destapa cae hipnotizado el hechizo en tierra mística que descubre una aventura ineludible dentro de un sueño, y

enseña caminos de fantasía para desentrañar secretos lejos del alcance de los ojos del ser humano que no entiende el mundo onírico.


#RetoDraj

Quedo en manos del destino,

de sus ojos de mirada ardiente

y en su cuerpo que dispara dardos.

Me visto entre el espacio, el tiempo, y las flores que brillan en su jardín.

Y su voz encanta al viento que susurra notas meladas en su reino y destapa el místico deseo.


#MismoFinal

Nadie supo quién fue el primero en tocar el botón rojo. Solo escucharon el terrible sonido de las alarmas avisando del bombardeo; el terror salió del cielo de la mano de los misiles nucleares. Sólo una cosa estaba clara, había empezado el fin de la humanidad.


#Retoescritoril

El bosque escondía un secreto; en un oscuro recoveco de la cueva Parda, vivía un despiadado ser que se alimentaba de carne humana. Su piel áspera y rugosa, sus largas uñas y sus afilados colmillos eran el terror de quiénes cruzaban por el bosque.

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