Después de tanto tiempo en olvidar la fina línea de tu boca
libré una batalla interior que no logré asumir.
Encontré un camino hacia el amor que resultó ser el desamor.
El viento plácido que la noche silbó rompió las férreas rejas de tu prisión,
libre por el mundo; tu espíritu voló, más allá de un presente,
en el que tu mano proscrita dejó la ventana abierta que errática lloró.
La noche será testigo y el viento mi confidente
sobre un universo cobrizo donde mi espíritu,
abrirá las puertas del cielo y la libertad volará.
¡Nuestra historia terminó sin fin!
Ausente tiempo que anhela lo vidido,
en la sombra del sueño cuyo suspiro es multicolor.
¿Por qué no puedo soñar?
Resurguiré de las cenizas sin fecha límite
y sin miedo para seguir adelante caminaré sin destino fijo
porque no sé hacia dónde me dirijo ni cómo ignorar al destino.
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