Entre las cuatro paredes del antro sucio y maloliente, mis huesos crujían como los ruidos del oxidado somier; un sonido chirriante que provenía de la puerta, avisaba que la #psicosisred estaba tras ella.
Después de todo, casi era un alivio que terminara con mi penosa existencia.
No huirás de la muerte, oí aterrorizada. Sentí que mi boca se desencajaba y como una fría losa pesaba sobre mi cuerpo. Las rodillas se me doblaron y caí de bruces contra el suelo, me levanté como pude, pero la #psicosisred ya estaba allí para matarme. Después solo oscuridad.
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