UN POBRE CORAZÓN
Corazón que estás herido,
¿cómo te puedo sanar
si no dejas de llorar?
¡Ay corazón abatido!
No eres por nadie querido;
ninguno te quiere amar;
ni tampoco consolar;
corazón enloquecido.
Tienes el amor negado;
tus cariñosos latidos
nunca son correspondidos
pobre infeliz desdichado.
Estás solo y cautivado,
ya no eres pretendido
una maldición te ha caído
has quedado derrotado.
Campanas de adversidad
suenan con melancolía
pronosticando tu muerte;
maldices tu soledad
y tu sino día a día;
mas ésta será tu suerte.
©Luis Fernando Ramos Martín
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