Relato escrito entre @Andres8342 y @misletrasnuria1
Cuenta una leyenda de los antiguos lugareños del lugar, que en el lago Simas, en Finlandia, hay monstruos marinos que devoran a los hombres, pero nadie los ha visto para confirmar o desmentir esa historia por lo que los rumores quedaron en rumores, una leyenda de unos pocos locos, que sus descendientes decidieron callar pero no ir, en lo posible a ese lugar.
Pero la falta de turismo hizo que se inventaran otra historia para atraer a la gente, todo aquel que encuentre pareja en el lago o incluso se den un beso de amor, la pareja no se separara y será feliz para siempre. Esta leyenda hizo que parejas y solteros, fueran a visitar el lugar y navegar por el lago.
Parecía ir bien pero una noche los hombres más tímidos, mientras navegaban y se maldecían por su falta de valentía, salieron del agua varias mujeres muy hermosas seduciendo y besando a los hombres, tras lo cual casi todos terminaban desmayados por la pasión; pero parecía mucha casualidad qué, no hubiera ningún hombre que aguantase el beso. Era como si les robara la energía vital.
Uno de ellos, tenía a una de esas mujeres a punto de besarle cuando se asustó y se tiró al agua, la mujer bajó a por el y el hombre no regresó a la superficie. Cerca de la orilla un hombre lo vio todo huyendo del lugar.
Los hombres desaparecieron de la zona temida y las embarcaciones volvieron a su sitio para aparentar normalidad.
El hombre que huyó pensó, que a buen seguro no le creerían.
Pero años después llegó al lago Simas un aventurero atraído por aquella extraña leyenda y dispuesto a averiguar que había de verdad en ella. Saimon, que así sé llamaba, al anochecer fue al lago. Cogió su barcaza y se adentró en él. La espesa niebla a penas dejaba ver más allá de su mirada. A los pocos minutos de estar allí, un sonido melódico y a la vez chirriante inundó sus sentidos. Sintió que un escalofrío recorría su cuerpo. El tiempo pareció detenerse y casi hubiera jurado que vio varias mariposas revoloteando a su alrededor.
De pronto una mujer subió a su barcaza, lo extraño es que no dejó ni rastro de agua; morena, bella y escultural, el hombre empezó a sentir el deseo en su cuerpo. Con rápidez bebió un sorbo de una pequeña botella que le dio la gran hechicera Kurde, y entonces vio el verdadero rostro de la mujer; un monstruo de enormes fauces y piel viscosa y resbaladiza; quiso gritar pero nada salió de su garganta, se ahogó en su propia voz. El monstruo se abalanzó sobre el sin darle tiempo de reacción.
De nuevo el misterio quedó guardado entre los habitantes del pueblo y al rededor del lago se levantó un muro para evitar que nadie más se acercase. Así, la leyenda del lugar sobre las diosas seguiría intacta sin afectar al lugar.
Impresionante historia, muy bien narrada.
ResponderEliminarGracias Felisa, por pasar por mis letras, un honor para mi. 😘😘😘😘
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