Hay días en que el alma vuela
en sentido opuesto a la razón,
son días de inquietudes etéreas
que despiertan la sin razón.
Por unas palabras, nació un pequeño mundo
que envolvió con fuerza la ilusión,
poniendo el corazón sobre la mesa
y de postre un poco de amor.
para que despierte el resplandor
que un día llenó mi alma
y calmó mi corazón.
No desaparezcas en la aurora
que las nubes disipan el rubor,
y el sol con sus rayos hiere
si no abrazas al corazón.
Me resulta bien logrado el poema, amiga.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias José, abrazos
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