Todo soy, nada queda
excepto el equilibrio
entre el vacío y el todo.
Percibo el amanecer del tiempo,
oscilante, incansable, perpetuo,
y en un segundo, solo silencio
y un precipicio en el tiempo.
Diviso luz entre las sombras
que perecen sobre el viento,
y descubro efímeros anhelos
que abren sus alas al viento.
No es blanco ni negro
ni si quiera gris, ni opaco,
es solo el celeste del cielo
que inunda sin remedio los sueños.
© Nuria de Espinosa
Bitácora literaria. «La reflexión es aquello que abre un camino al pensamiento, el pensamiento es el camino que conduce a la reflexión; aquel camino libre que resplandece entre luces y sombras: la vida». Derechos de autor protegidos por ©Cedro Gracias por tu visita y comentarios. Estos serán aceptados tras pasar la supervisión del autor. Nuria de Espinosa
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Bajo el muérdago
ENCUENTRO JUEVERO 27 DE NOVIEMBRE: LLUVIA DE ESDRÚJULAS La propuesta es la siguiente: aludiendo de alguna forma en el texto a...

El equilibrio, Nuria, ese dificil equilibrio que tanto trabajo cuesta conseguir para que la vida sea más llevadera. Lindos versos.- Un abrazo
ResponderEliminarGracias J.R. Infante por tus palabras, un abrazo
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