Bajo las circunstancias de melancolía
que
se repiten con insistencia,
mi alma vagabundea,
por
los momentos vividos
que
el tiempo se está llevando,
así
como en los recuerdos
que
aparecen flotando
como
pompas de jabón
en
un punto imperecedero.
La
apatía invade mi espíritu
progresando
poco a poco
en
el pensamiento.
Todo
tiene su límite
y
no sé hasta dónde llegará el mío,
pero
puedo sentir
como
avanza en su camino,
entre
un suspiro
que
se pierde en el aire
y
la preocupación
que invade mi corazón.
El tiempo es una convención social y por lo tanto los recuerdos son intemporales, y la melancolía una aliada del alma, y el camino hacia ella no debe estar sino cubierto de flores, me gusto mucho el poema, besos
ResponderEliminarGracias Ruben, me alegra te gustase, un fuerte abrazo.
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