Microrrelato inspirado en la obra EL SUICIDIO 1880 Édouard Manet
MICRORRETO: EL ARTE Y LA LITERATURA
Más información en El tintero de oro
Ser capaz de recordar todas las horas de tormenta que mi soledad y abandono crearon como un claro espejismo en mi mente, hizo que me sintiera como una abeja que está sola en el panal, cuyo sentimiento no es más que una hoja que cae de un árbol en otoño; algo que el viento desplaza.
Me encontré abducido por una vida que repugnaba con un síndrome de locura y el infierno real que me rodeaba. Mis esfuerzos no lograron quitar de mi mente la pistola que aguardaba en un cajón. Quizás la muerte era la única solución a una vida bipolar de inseguridad; de alguna forma ya estaba muerto.
Comprendí que la vida me había cegado, dotándome de una identidad que no me correspondía, sin poder erradicar mi sufrimiento. Eché de menos recordar una historia a la luz de una hoguera bajo un manto de estrellas. Contemplé esa rigurosa impotencia y la convertí en el centro de mi dolor. ¿Qué sentido tenía apelar al tiempo? Si algo podía ser contado, también podría ser transformado. De esta manera, con las palabras entre las sombras de mi habitación, describí mis últimos pensamientos.
"El hombre de expresión agónica y pesar en el corazón se despide para siempre". Cogí el arma que esperaba en el cajón del escritorio. Sentado sobre la cama, acerqué el arma al pecho, y disparé... Mi alma se elevó y miró feliz el despojo humano con el pecho cubierto de sangre que yacía inerte sobre la cama.
O que dizer, quando nos despedimos de nós próprios?
ResponderEliminarAbraço amigo.
Juvenal Nunes
Hola, Nuria, muchas gracias por tu participación en el microrreto del Tintero. Genial narrado este cuadro, lo que la persona que se ve en el mismo narra una vez muerto. Una gran personificación de la obra de arte, muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
No conocía, o no recuerdo esta obra tan atípica del artista, y como soy curiosa indagué un poquillo porque jamás habría imaginado que se tratara de Manet.
ResponderEliminarMe gusta que no sea demasiada explícita en detalles, deja a nuestra imaginación las causas, solo la consecuencia final que tan bien has sabido retratar.
Buen trabajo original, Nuria, con una historia en la trastienda a descubrir.
Nuria, tu microrrelato me ha tocado profundamente. Hay una crudeza honesta en tus palabras que no busca adornos, sino verdad. La imagen del hombre que se despide desde la sombra de su habitación, con pensamientos que se desangran en cada línea, es devastadora y hermosa a la vez. Has logrado que el dolor se vuelva palabra, y que la palabra se vuelva espejo. Gracias por escribir con tanta valentía, por abrir una puerta a lo que muchos sienten y pocos se atreven a decir. Tu texto no solo plantea la pregunta del sentido de vivir, sino que nos obliga a mirarla de frente. Abrazos virtuales desde Venezuela.
ResponderEliminarUy a veces uno se siente así tan abatido. Me gusto tu relato.
ResponderEliminarUn tema muy duro que has sabido desarrollar con una gran sensibilidad en tu relato. Nos has transmitido con total fidelidad, los que bien podrían haber sido los últimos pensamientos del protagonista de esa obra de Manet. Enhorabuena!!
ResponderEliminarSupongo que el estado de felicidad de cada uno responde a la pregunta. Entonces, puede haber miles de respuestas.
ResponderEliminarMuchos creen que el suicida quiere morir, pero simplemente quiere dejar de sufrir.
ResponderEliminarTremendo, Nuria. Un monólogo interior desgarrador. Doloroso y muy acorde a la imagen del cuadro. Estupendo.
ResponderEliminarEspero nunca sucumbir al punto de tener que tomar una descion tan tajante como un suicidio, es una pintura con un tema fuerte, quizas el artista era cercano a dicha idea
ResponderEliminar¿Te confieso algo? Nunca he entendido que ese cuadro se titule "El suicidio". Esa mancha en el pecho me parece más propia de un disparo a bocajarro por parte de un agresor que por parte del presunto asesino hacia sí mismo.
ResponderEliminarSea como sea, creo que has sabido integrar muy bien en el micro la escena representada en el cuadro.
Un abrazo.
El sufrimiento tiene que ser enorme para llegar a ese punto en que nada te importe más que dejar de sufrir para siempre.
ResponderEliminarExcelente relato.
Aferradetes, Núria.
PD: Te he dejado un correo electrónico, por si no sabes de dónde sale. ;-)
Un tema delicado tocado con sensibilidad.
ResponderEliminarUn besazo!
Excelente microrelato amiga. Un tema para reflexionar.
ResponderEliminarUn beso desde Plegarias en la Noche
Hola Nuria,
ResponderEliminarCruda escena la del cuadro, muy bien descrita y con un impactante final! Las pinturas pueden ser muy sugerentes y transmitir muchas emociones, las palabras, tan bien colocadas como las tuyas, aun más
! Un abrazote!