Convocatoria juevera, cada jueves un relato.
TIC, TAC, TIC, TAC
Está es la propuesta de nuestra compañera Mónica para este jueves:
«Como verán por la imagen que les dejo como cabecera y la onomatopeya que elegí para titular la convocatoria, l@s invito esta vez a escribir relatos relacionados con el paso del tiempo y sus consecuencias.
Desde la perspectiva que les surja, con el estilo y forma que prefieran, intentando no superar las 350 palabras, la consigna entonces propone explorar la naturaleza del tiempo y nuestra relación con él».
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Miro por la ventana cómo la lluvia golpea los cristales. La tarde cae, y envuelve el exterior en penumbra, mientras un enredo en mi mente me mantiene despierta. Acostumbrada a estos momentos de introspección, donde las dudas emergen, muchas preguntas no tienen respuestas.
«¿Por qué estoy aquí?», «¿qué sentido tiene todo esto?». He tomado decisiones en la vida, algunas a sabiendas, otras arrastradas por el mundo que me rodea.
Recuerdo las veces que me he sentido atrapada por el tiempo, esa sensación de estar viviendo sin realmente vivir. La necesidad constante de sentirme libre del reloj, que, a menudo, me paraliza. «¿Y si mi vida es solo esto, un, ir, y venir, entre un tiempo que pasa y otro pasado?».
Miro el reloj en la pared. Las horas emergen lentas, pero el tiempo, en general, se escapa rápido. «¿Es el tiempo quien me da miedo o es la idea de no aprovecharlo?»
Algo en mi naturaleza me empuja a esta reflexión constante. Desde niña siempre cuestioné lo que otros daban por sentado. «¿Por qué somos, cómo somos?» «¿Qué nos define, lo que hacemos o lo que sentimos?». Incluso ahora, en la madurez, esas preguntas no me han olvidado: «solo que ahora, se han vuelto más complejas».
Suspiro y apoyo la frente en el frío cristal. «Tal vez las respuestas no existían como tal.». «Quizás la vida no se trate de resolver todas las dudas, sino de aprender a vivir con ellas y el terrible, tic, tac.». «Tal vez esta incertidumbre forme parte del camino, y lo importante es saber hacia dónde ir, caminando con la seguridad de que cada paso, me lleva hacia algún lugar».
En el fondo, sé que no todas las dudas necesitan ser respondidas. Vivir, al fin y al cabo, es eso: tiempo, un tiempo que se me escapa, entre un tejido de preguntas, decisiones y consecuencias. «Quizás», pienso, «no se trata de encontrar todas las respuestas, ni las preguntas correctas, sino de aceptar el tiempo». Y con ese pensamiento, dejó que la luz del crepúsculo se extienda, mientras la lluvia sigue su curso, afuera y dentro de mí.
Un texto donde la protagonista se plantea muchas cosas y sobre todo saber el porqué de ellas. El tiempo es el aliado perfecto, para todas ellas sean descubiertas Un buen texto, Nuria.
ResponderEliminarBesotes y un bonito miércoles.
Vivir es vivir nuestro tiempo. Y nuestro tiempo es finito. Quizás, como dices. lo importante sea aprender a vivir durante este intervalo que nos pertenece.
ResponderEliminarUn saludo.
Vivir es vivir nuestro tiempo. Y es un tiempo finito. Quizás, como dices, lo importante sea saber cómo vivir este intervalo lleno de dudas.
ResponderEliminarUn saludo.