En qué momento de mi vida, se me ocurrió presentarme como voluntario; no lo sé. Ahora estoy en el interior de la trinchera, protegido del fuego enemigo, pero siento que esté cigarrillo, puede ser el último, entramos en combate en unos minutos. Y a quién le importa quién vive o muere. Las bombas silban sobre nosotros asaltando nuestros oídos de inquietud y miedo. Mi mente se evade y recuerda un tiempo en el que únicamente se oía el claxon de los coches, el agetreo de la ciudad. Qué vacío más extraño siento; en mis ojos solo queda dolor y tristeza.
© Nuria de Espinosa
Vale más ser el cobarde vivo. O el militar de alta graduación que lleva veinte años en el ejército y nunca ha estado en la línea de fuego. Ya manda a otros por él.
ResponderEliminarAsí es Cabrónidas, deberían ir al frente los que Dan esas órdenes, los mandamases cobijado en su despacho y los soldados muriendo por sus decisiones. Una pena. Gracias por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarHola, Nuria: un mini muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Gracias Merche, me alegro que te guste. Un abrazo
ResponderEliminarMuyyyyy bueno, en pocas palabras reflejar tanto, es algo difícil de lograr.
ResponderEliminarGracias Nuria!