Cuando el dolor halla un vacío, y el silencio está presente
solo se siente soledad en al alma hiriente.
Nada importa si las palabras se disfrazan
junto a la imagen de los recuerdos, que abrigan una larga aflicción de nombre... llamada amor.
Solo el abrazo sincero evapora el dolor y el sufrimiento
y devuelve la paz del corazón.
El camino por la vereda es difuso
y la senda,
desborda el crujir de las hojas en cada paso que mi recuerdo avanza.
Y no diré adiós, ¡nunca, diré adiós¡ solo caminaré,
sumida en mis recuerdos.
Fue tu amor el que me hizo despertar,
fueron tus besos los que me hicieron soñar,
fueron tus caricias las que me hicieron vibrar
y fueron tus palabras las que me hicieron despertar.
Ahora, solo quedan los recuerdos que acompañan mi soledad.
Hoy, tu tristeza desconsuela mi corazón
y mis ojos miran vacíos un amor que se perdió.
Suspira el cielo, llora mi corazón y ahora, solo deseo
de que encuentres paz en tú interior.
De mi pluma tan remota, de mi garganta temblorosa,
llega el inquieto silencio de afonías y recuerdos.
Sé muy bien lo que presiento, tu existencia es como un sueño,
mi angustia un sin sentido, y tú sombra un desatino.
Cómo aullar en la noche mí pena si mi alma ha caído enferma,
y la oscuridad ya no transita ni el verso es mí compañía.
Absurdo preludio, efímero llanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario