El destino cruel

La casa estaba en silencio. Claudia, miraba el bebé que dormía plácidamente en su cuna. Se preguntaba cómo podía nadie hacer daño a seres tan indefensos, si ella era capaz de matar por defender a su pequeña. Desde su nacimiento su vida cambió por completo. Carla, que así se llamaba el bebe, le ocupaba prácticamente todo el día, pero no le importaba pues era un amor tan grande el que sentía que era difícil de explicar. Sonrió y decidió aprovechar que la pequeña dormía profundamente para darse una relajante ducha.-Lo necesito-se dijo.
Nunca imaginaria Claudia que el macabro destino le tenía preparada una terrible sorpresa y nunca más volvería a ver a Clara.

©Nuria de Espinosa