que en el umbral
de mi puerta
dos ángeles empuñaban
la espada
que mis sueños velaban.
Vi la luz,
tenue y difusa,
del color de las tinieblas
¡mal rayo me parta!
en el abismo de este duelo
que llora mi alma confusa
en el dolor de los desvelos.
© Nuria de Espinosa
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