Si pudiera caminar sobre mis propios pasos, regresaría de nuevo al pasado para recuperar los sueños vividos y los momentos frustrados.
Si pudiera volver atrás y revivir tan sólo un instante tu amor de padre. Pero llego aquel fatídico día en que te perdí para siempre. Mi mundo se derrumbo de un zarpazo, apenas tuve tiempo de despedirme de ti, aunque tú ya no me escuchabas.
Pero en tú último aliento de vida me esperaste. Y aunque se, que era imposible que me escucharas, solo pude susurrarte mientras te agarraba la mano con fuerza… te quiero papá. Y entonces la maquina que te mantenía con vida, empezó a sonar y tan sólo en unos segundos, tu vida se apagó para siempre.
Ya nunca más escuché el sonido de tu voz, ni el cuento que con tanta paciencia me contabas, cuando con insistencia te rogaba que volvieras a contármelo una vez más. El mismo cuento que años después, le contabas a mis hijos y yo a ellos, cuando al acostarles en su cama, me pedían que se lo contase otra vez… “La flor de Lililá”
Pero tú hermoso cuento no será olvidado padre, pasará de generación en generación. Ahora es tu bisnieto quién disfruta al escuchar “La flor de lililá” y me dice sonriente, otra vez yaya, otra vez. Y no puedo evitar emocionarme, pues los recuerdos invaden mi mente y mi corazón se entristece.
Literatura, cultura y arte. La reflexión es aquello que abre un camino al pensamiento, el pensamiento es el camino que conduce a la reflexión; aquel camino libre que resplandece entre luces y sombras: la vida. Bienvenidos a mí pequeño espacio. Este blog se ha creado para compartir este mundo de imaginación, magia y ensueño. Protegido por la propiedad intelectual ©Cedro BIENVENIDOS AL RINCÓN DE NURIA DE ESPINOSA.
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Precioso relato a tú padre,me hizo llorar al recordar el mio que tampoco lo tengo,un beso
ResponderEliminarGracias anónimo, un abrazo y mucha fuerza.
EliminarCuriosamente, en las pequeñas cosas es donde hallamos las grandes ausencias.
ResponderEliminarHermoso texto, Nuria, me emocionó.
Te felicito, es para que lo interpretemos aquellos que ya no tenemos más a nuestro padre.
Gracias Arturo por tus palabras, necesitaba darle este pequeño homenaje a ese hombre que tanto cariño me dió... mi padre... un abrazo.
EliminarEn eso consiste el paso generacional, en tener la posibilidad de trasladar a nuestros nietos lo que nos enseñaron nuestros abuelos. Me parece fantástico que una historia -sea la que sea- se transmita de esa manera.
ResponderEliminarUn abrazo, Nuria.
Gracias Arruillo, quizás me anime a públicar ese hermoso cuento, besos.
EliminarHola Nuria. Me ha encantado este texto aunque me ha hecho un nudo en el estómago. Que dura la ausencia de un ser tan querido¡ y qué bella manera de de recordarlo, darle homenaje y darle a conocer a sus descendientes. Bello y cercano porque mueve emociones, s mí te aseguro me las ha movido.
ResponderEliminarAmaia Villa
Gracias Amaia por tus bellas palabras... como bien dices es muy dura la ausencia de un ser querido y e´l era una persona bondadosa y muy noble... un fuerte abrazo.
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