Una historia real que me ha conmocionado por la fortaleza de está mujer
Era un día especial lleno de felicidad. Por fin uníamos nuestras vidas, compensadas por nuestro amor. Pero entonces un nuevo día amaneció y de pronto todo mi mundo se desmoronó.
La alegria dio paso al dolor. La tristeza se apoderó de mi rostro. Las ojeras se profundizaron en mi cara, el desconsuelo se posó en mi corazón y la pena se instaló en mi alma.
Yo tan solo estaba enamorada. ¿Acaso vale la pena, tanto sufrimiento?
Repaso en mi interior y ya no recuerdo la presencia de aquel sentimiento que un día se llamó amor. Y extrañamente me siento reconfortada por el silencio.
Las huellas que su amor en mí han dejado, no forman parte del pasado. Aislarme del mundo fue la mejor opción. Me hacía más daño su humillación ante los demás, que todo el dolor que me pudiese causar.
Caminar cada nuevo amanecer, ocultado mi desolación, ha sido muy duro. Las lágrimas derramadas en la soledad de mi almohada, son cicatrices profundas en mi alma.
Mi vida se reducía a una sola meta… que al llegar él a casa, los niños no le alterasen. Que nada le inquietará y así mis hijos crecían en paz y felicidad, ajenos al drama que vivía su madre. No sé como mi corazón ha soportado tanta tensión…
Y a pesar de todo nunca he perdido la esperanza… sé que de nuevo habrá un mañana donde mi vida recuperará la ilusión y sonreiré feliz.
Porque hoy me abraza una gran condición…
¡Nunca más permitiré su humillación!
Te deseo lo mejor de este mundo Nuria Espinosa, eres una escriptora y poetisa de las buenas y me gusta dejarte siempre mi comentario, pues te lo mereces y tu eres muy buena mujer, en tu rostro se nota y se ve, siento mucho y añoranza de que no podámos estar en la misma pagina, pero tu sabesmuy bien como son los cosas y como se muebe todo.
ResponderEliminarUn abrazo desde Coruña España.
Eloy Guzman Otero Iglesias.
24-11-2011.
Gracias Nuria, es un placer siempre leerte, con tu permiso lo comparto. Gracias por escribir y por compartir.
ResponderEliminarPrecioso Nuria,por desgracia eso esta a la orden del día,la mujer que te lo conto le diria,deja todo y vuelve a vivir y se feliz y olvida esa parte de esa vida,un beso.
ResponderEliminarsoy Jose
Gracias Eloy por pasar siempre por mis letras y por tus palabras de cariño, un abrazo de amistad.
ResponderEliminarGracias a tí Maria, besos.
ResponderEliminarCierto José, pero supongo que las personas deben tomar sus propias decisiones y asumirlas, que dios bendiga a esa gran mujer, gracias y un abrazo.
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