El eco de un suspiro
que conozco,
golpea y ahorca
las palabras
en el silencio mudo.
A veces recorro las letras
y las páginas en blanco
parecen distorsionar
la extraña realidad.
Desgarro los trozos
del pensamiento oscuro,
y encuentro el pasaje
de la claridad.
Abro los brazos y atraigo
el olvido,
ahí queda el tiempo
donde las ortigas
mueren con el viento.
Y en ese instante mudo,
cuando un suspiro al pasar,
palpita entre las hojas;
habita el silencio
y el limbo forja los espinos.
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