#TÚmipoema
Comencemos este amor al revés: dime adiós y quédate para siempre.
Sé la armonía que cuide mi poesía,
la melodía que entona la sabiduría.
Cómo la flor endulzada que brota en mi alma,
y guarda el trébol de la esperanza.
Resplandece el poema entumecido,
sordo en el párrafo que duerme desnudo.
Y me aferro a la incierta verdad,
en cuya soledad se oculta la vanidad.
Y si se atasca en un túnel de oscuridad,
prenderé una vela para dar claridad.
Ni las nubes rosas descenderán sobre nuestro amor,
porque tú eres tú, y y o soy yo.
Perdí las alas una mañana blanca,
junto al canto de la cigarra.
Vestí el tiempo con la melancolía, sobre las hojas caídas y la vida.
Y sueño entre colinas doradas
con el retorno de mis alas.
Qué polvorienta la encina
cuando la tarde está caída.
Y llegó el otoño puro y cobrizo,
susurrando al viento en el cobertizo.
Quizás asome el frío, y la tormenta
persiga el amor que prende y vuela.
Cierro las manos con la hoja seca
y la tristeza que el paisaje deja.
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