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miércoles, 28 de octubre de 2015

Raices





Que hermosa planta, la esencia de la vida;
crece día tras día, cual inocente y gloriosa,
por cuyas venas fluye sangre e inocencia
ocultando los eslabones de las cadenas de la vida.

Somos cautivos del tiempo perecedero,
que lucha en combate, contra el miedo,
sabiendo que nadie filtrea con el destino,
del miedo a la muerte y al dolor sin sentido.

Y el alma es libre de sus cadenas,
y las ramas de la vida te despiertan
se adentran en tus sueños y te condenan,
al sueño eterno y al amor sin fronteras.

© Nuria de Espinosa

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