Mi
paraíso camina en tu sol naciente,
sin
ninfas, ni nadie que lo gobierne,
marcho
en soledad al amparo de la noche,
y
solo una estrella en ella resplandece.
¿A
quién buscas? ¿Qué soy, y por quién padeces?
Si
no hilvano los sueños, mi mundo perece,
toma
mis manos y calma a este aspirante,
que
añora tus ojos y el silencio que le precede.
Si
el tiempo se escapa entre mis dedos,
seré vagabundo que vuele entre sueños,
suplicando
tu aroma a los cuatro vientos,
vuelve pronto, que no, encuentro consuelo.
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Que las musas te sigan inspirando para que no pare la poesía, Nuria.
ResponderEliminarOjo con las comas en el último verso.
Un abrazo
Gracias J.R Infante, lo tendré en cuenta, abrazos
EliminarLas musas el alimento del alma de poeta. :) Un saludo Nuria
ResponderEliminarGracias Darilea, abrazos del alma
EliminarSutiles versos para rendir homenaje a la musa. Precioso poema, congratulaciones.
ResponderEliminarGracias Mryam, abrazos del alma
EliminarHermoso versos plagado de inspiración.
ResponderEliminarAbrazos y feliz día.
Gracias Pastora, abrazos del alma
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