Un sofá… unas cerillas…
Cerillas… la tele encendida…
Dos niños juegan.
Su madre en la cocina…
Terminan su puzle… se aburren…
Uno mira al otro… cerillas.
Su mama escucha la radio mientras cocina.
Uno coge una vela… otro las cerillas…
Se disponen a encenderla.
¡Niños!
Su madre les grita…
Castigados a vuestro cuarto…
“El peligro de las cerillas… al alcance de los niños”
Preciosa poesía Nuria,pero si quieres tengo un encendedor,un beso
ResponderEliminarJaja, gracias pero en casa por si acaso, no tenemos encendedores... la verdad es que se me ocurrió trás escuchar un triste suceso de este tema, un abrazo.
ResponderEliminar¡La de ojos que hay que tener con los niños! Su curiosidad siempre es grande, y nuestra vigilancia debe ser mayor.
ResponderEliminarBonito poema.
Un abrazo.
Corta, musical y preciosa poesía. Nunca es bastante la vigilancia teniendo niños cerca.
ResponderEliminarUn saludo
Desde luego es lo que pienso Miren, gracias y un abrazo.
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